El protagonista recuerda uno de sus momentos más apacibles sentado frente a la lavadora en funcionamiento.
Conducir por las calles desiertas de Barcelona al encuentro de los amigos:
El domingo caótico y típico que nos daba seguridad
Esquelas de la prensa, paella, playa y fútbol. Amistad, complicidad. Nombre y apellido de un compañero de colegio darán lugar a una confusión que traerá consecuencias, reencuentros, amistad, y amor.
Es difícil justificar una mentira, pero no sé, a veces mientes o haces cosas sin sentido, sin saber por qué las haces. Y encima muchas veces hace más daño la mentira que si dijeras la verdad.
Con momentos y diálogos muy emotivos. Actores que se desenvuelven con mucha naturalidad. Un par de escenas resultan un tanto forzadas, pero en conjunto se trata una película con fuerza. A destacar la belleza de algunas de sus secuencias, el vértigo de la carrera de huida, y una banda sonora magnífica.
De fondo la muerte, ese maldito tabú en las conversaciones cotidianas. La pérdida, poder expresar el dolor de una despedida que no se produjo. Compartir recuerdos en grupo. Esas extrañas conductas de evasión, como pasar unas horas en un centro comercial después del entierro. Escuchar música o comprar una camiseta.
Más detalles de la banda sonora
Directora María Ripoll. Guión Albert Espinosa (Obra: Albert Espinosa). Fotografía Javier Arrontes. Reparto Javier Pereira, Tamara Arias, Oriol Vila, Marc Rodríguez, Nuria Gago, Irene Montalà, Ivan Massagué, Bruno Bergonzini, Bart Santana, Roger Ribó, Àngela Jové. España 2006, 93 min.