“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.” (Pablo Neruda)
A veces, cuando tropiezas te das cuenta de la pequeña piedra que te ha hecho caer, sonríes al ver que no es tan grande como te parecía que era cuando caíste y al mirar al frente sientes un cosquilleo inquieto que te hace pensar que es probable que si no miras bien puedes volverte a caer… Pero, ¿por qué no intentar seguir tu camino a pesar de las piedras? No siempre tiene que haber piedras en el camino, puede haber bellas flores que aporten ese tono de alegría que necesitas en los peores momentos para darte las fuerzas necesarias y continuar tú camino sin desviarte de tus deseos.
Tu propia vida, en ocasiones, puede parecer que se ha derruido delante de ti mismo pero las ruinas son el camino a la transformación, y al mirarlas en tu interior, te das cuenta que te han ayudado a conseguir levantarte y avanzar con una pequeña herida insignificante, ante el paraíso de la nueva vida que te espera.