El 17 de septiembre tuvo lugar la llegada en el Aeropuerto de Milán-Linate, desde allí se cogió un autobús a Milán y luego un tren de alta velocidad a Turín.
Turín es la ciudad donde el autor de este blog estuvo un año de su carrera en Ciencias Políticas estudiando becado por el programa Erasmus.Al llegar para volver a esta ciudad, tras dejar el equipaje en el hotel, se dirigió a la oficina regional de Turismo (Vía Garibaldi esquina con Piazza Castello) para adquirir la Torino+Piamonte Card (oferta Gold), una tarjeta para los museos de Turín y la región que incluye además un abono transporte de 3 días.Desde la Piazza Castello nos dirigimos hacia la Mole Antonelliana, un edificio construido por el arquitecto Antonelli que estaba en principio destinado a ser sinagoga pero que actualmente alberga el Museo Nazionale del Cinema, subiendo en ascensor a su cúpula ofrece unas bonitas vistas de toda la ciudad.
En una cafetería de enfrente tomamos un Bicerin al Gianduiotto, uno de los cafés que preparan allí combinado con un poco de alcohol y los famosos bombones de la ciudad, los Gianduiotti (hechos con una pasta de chocolate y avellanas).
Desde allí fuimos al Corso San Mauricio para admirar otro edificio de Antonelli, “La Fetta de Polenta”, un edificio que por su forma triangular y su color amarillento recuerda este plato de la cocina del norte de Italia.
Cogimos un Tranvía que nos llevase al centro y fuimos a ver el Museo del Risorgimento, cuyo palacio, además de haber sido residencia de los Saboya-Carignano, fue la sede del primer Parlamento de Italia.
Para terminar el día, un helado y un pequeño paseo por la Vía Garibaldi antes de volver al hotel.
El viernes, el recorrido comenzó en el cuadrilátero romano, con la Piazza Castello, el Palazzo Reale, el Duomo y Porta Palazzo.Comimos en un pequeño puesto cercano a la vía Garibaldi. Después de la comida fuimos a la Vía Po para tomar un Café Marocchino en el Café Fiorio.
Más tarde nos desplazamos en Tranvía hasta Sassi para subir a la basílica de Superga, construida en el s. XVIII, donde se encuentran las tumbas reales de los Saboya y una placa que recuerda a los jugadores del Torino que fallecieron en un accidente aéreo en ese mismo lugar.
Luego de vuelta para el centro para hacer la apericena.
A la mañana siguiente un pequeño paseo por Turín antes de coger el Tren para ir a Milán.
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