Turismo literario por Europa

Por Belén Valdehita @miblogdeviajes

El turismo literario se desarrolla en aquellos lugares relacionados con los hechos narrados en algunos textos de ficción o con las vidas de sus autores 

Montmartre, en París, el barrio de los poetas. Foto: Didier B.


Viajar por amor a la cultura o por ensanchar nuestros conocimientos es una forma de renovar la mente. El turismo literario es una modalidad alternativa a las vacaciones habituales, en el que las novelas o los libros de poesía sustituyen a las guías turísticas tradicionales.
Lo que busca un turista literario es todo aquello que ha inspirado un texto: lugares, eventos o personas que de alguna forma han tenido influencia en las grandes obras y en los autores de la literatura.Para realizar este tipo de viajes existen guías literarios, mapas literarios y hasta viajes organizados que pueden resultar de utilidad. Además, como complemento, los turistas literarios disponen del llamado turismo de librería, mediante el cual visitan las librerías de los sitios a los que viajan para adquirir libros relacionados con las obras y autores de la región.

 

La ruta de Portugal

Aunque la oferta para realizar una ruta literaria puede ser realmente extensa, empezar por los recorridos clásicos europeos es siempre un buen comienzo.En Lisboa (Portugal) se puede realizar la ruta relacionada con Fernando Pessoa, autor de El libro del desasosiego. El recorrido comenzaría en el barrio de O Chiado, totalmente reconstruido tras el incendio sufrido en 1988. El poeta, representado en una estatua en bronce, sorprende al visitante sentado en la terraza de A Brasileira (Rúa donde do Almeida Garret, 120). La casa del escritor (Rúa Coelho da Rocha, 16) invita a visitar su amplia biblioteca y su interesante archivo.

Cementerio de los Placeres, en Lisboa. Foto: Lijealso


Por otra parte, la Lisboa del escritor José María Eça de Queiroz incluye el Cementerio de los Placeres, el Hotel Bragança, el barrio Alto, el de Graça y el de la Mouraira. El teatro de São Carlos, la Estación de Santa Apolónia y la plaza del Rossio son también visita obligada para rememorar la obra de Eça de Queiroz.

París bien vale un libro

La capital de Francia es uno de los destinos preferidos para los viajeros literarios. Cada rincón de París esconde una evocación literaria. La ruta comienza en el famoso Cementerio de Père Lachaise en el que se encuentran, entre otros, los restos de Oscar Wilde, Honoré de Balzac, Paul Eluard y Jim Morrison.Alrededor de los Jardines de Luxemburgo el viajero puede descubrir las casas de Los Tres Mosqueteros: D´Artagnan vivió en la que hoy es la calle Servandoni, Athos en la contigua Ferou, Aramis en Vaugirard y Porthos en la calle del Vieux Colombier.

Cementerio de Père-Lachaise. Foto: Carlos Delgado


Los excesos, disipaciones y los sentimientos de tristeza o frustración de los principales poetas franceses (Rimbaud, Verlaine, Baudelaire, Celine o François Villon) han quedado reflejados en el barrio de Montmatre (metro Blanche, línea 2) o en el Barrio Latino (metro Odeón, líneas 4 y 10).Para evocar Nuestra señora de París, de Victor Hugo, nada como visitar Notre-Dame, donde una columna esconde la palabra griega cera, que inspiró al escritor su gran obra. El autor de Los Miserables también solía acudir al restaurante Lapérouse, situado en el muelle de los Grands-Augustins.Como complemento curioso en París, en la calle de la Bucherie se encuentra Shakespeare and Co., una diminuta, polvorienta y legendaria librería fundada por un nieto de Walt Whitman.

Dublín, cuna de premios Nobel

Hasta cuatro de los hijos de Dublín han sido galardonados con el premio Nobel (W.B Yeats, Samuel Beckett, Seamous Heaney y Bernard Shaw), lo que convierte a la capital de Irlanda en un destino preferente.

Celebración del Bloomsday en Dublín.


A ello hay que añadirle otros dos grandes escritores dublineses, Oscar Wilde y James Joyce. La obra de este último literato es la que mejor representa Dublín. Cada 16 de junio, día ya conocido como Bloomsday, amantes de Joyce llegados de todo el mundo reviven el recorrido de Leopold Bloom, el protagonista de Ulises, por toda la ciudad con la obra en la mano, dispuestos a empaparse de cuanto destile literatura.

El Madrid de los cafés literarios

No hay que viajar muy lejos para practicar turismo literario. La capital de España cuenta todavía con tres de los históricos cafés en los que, durante la primera mitad del siglo XIX, se reunía “la flor y nata” de nuestra literatura para debatir todo tipo de temas: el Café Comercial, el Café del Círculo de Bellas Artes y el Café Gijón.

Café Gijón, en Madrid. Foto: Roberto García.

Pero, además, se puede encontrar literatura en muchos rincones de Madrid. En la pequeña calle de Álvarez Gato todavía sobreviven los espejos cóncavos en los que Max Estrella y Latino de Hispális se reflejaron la noche que inventaron el Esperpento. En el Parque del Retiro hay una estatua de Pío Baroja que recuerda Las noches del Buen Retiro y las tres novelas de La lucha por la vida, que retratan un Madrid oscuro que ya no existe; al igual que las chabolas que describió Luis Martín Santos en Tiempo de Silencio.En la Puerta del Sol una placa indica el lugar donde se hallaba el Café de la Montaña, en el que Valle-Inclán perdió un brazo, y en la calle de la Victoria se encuentra La Fontana de Oro, el salón en el que Pérez Galdós reunió “a la ardiente juventud de 1820”.

Otros destinos literarios europeos

Mucha literatura queda todavía por recorrer en Europa, como la Praga de Kafka o la Florencia de Stendhal.En Sicilia, las localidades de Palermo, Gela y Gibelina son ineludibles para cualquier turista literario, ya que fueron descritas por Leonardo Sciascia en Los tíos de Sicilia o por Mario Puzo en El Padrino.En Rusia, San Petersburgo es la ciudad donde acontecieron los hechos de Crimen y Castigo, de Fiódor Dostoyevski, y todavía los visitantes pueden descubrir las mismas calles tal y como las vivieron los personajes de la obra.