(Turismo) Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica

Por Viriato @ZProvincia

Con sus 11.326 kilómetros cuadrados que abarcan la raya fronteriza entre las provincias de Zamora y Salamanca y el espacio nordeste transmontano de Portugal, constituye la más grande de este carácter en toda Europa. Un total de ochenta y siete municipios, de los que casi la mitad corresponden a Zamora, integran este espacio sostenible, declarado por la UNESCO como Reserva en 2015 y que incluye nada menos que cuatro Parques Naturales y diversos espacios de la Red Natura 2000.

Un impresionante mosaico de paisajes notables y diversos forman parte de este espacio único, donde pueden contemplarse desde cimas de más de 2.000 metros de altitud del Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores, lleno de lagunas, valles encajados, morrenas y el mayor lago de origen glaciar de la península ibérica, hasta uno de los espacios geológicos más antiguos, integrado en el Parque Natural de Montesinho, que permiten observar fragmentos con muchos millones de años de viejos continentes bajo las montañas bajas y colinas de esta zona.

El espectáculo paisajístico se completa con los magníficos cañones fluviales abiertos por el río Duero y su afluente Águeda en la misma raya fronteriza, que conforman el Parque Natural de los Arribes y el Parque Natural Douro Internacional.

La Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica es también un espacio fronterizo entre los climas mediterráneo y atlántico, lo que explica la enorme biodiversidad de fauna y de flora, donde se refugian especies en peligro de extinción y varios tesoros botánicos. La mayor densidad de lobos de Europa habita las serranías de la Culebra, y comparten territorio con venados, jabalíes y por supuesto con los rebaños de ovejas, que constituyen una de las fuentes de riqueza de los pueblos de la zona.

También pueden verse cigüeñas negras, águilas y alimoches, entre otras muchas especies en los escarpes de los Arribes y el Douro Internacional, así como especies de mariposas exclusivas y rarezas como el mejillón de río o la lamprea.

Y por supuesto una enorme riqueza patrimonial y cultural, que puede visitarse en los numerosos pueblos de este espacio lleno de historia y tradiciones, con una gastronomía propia de enorme calidad en la que destaca la carne, quesos y los productos silvestres que proceden de sus montes y los frutos mediterráneos del valle del Duero, como las naranjas, almendras y el aceite.