Maximiliano, junto con un amigo, eligió pasar unos días de vacaciones en las sierras cordobesas. Pero no lo pudo hacer porque no consiguió alojamiento junto a su perro guía. También le impidieron ingresar con el animal a un parque de diversiones. Maximiliano Marc es no vidente y llegó a Carlos Paz desde Rosario. En su agenda figuraban imaginarios días de río y noches de restaurantes y bares, como los de miles de turistas. Planificó las vacaciones con un amigo, también ciego, y llegó acompañado de un perro guía.
La cosa se complicó apenas pisaron suelo cordobés. Desde la capital provincial intentaron en vano conseguir alojamiento en hoteles de Carlos Paz. La respuesta, del otro lado del teléfono, fue siempre la misma: “Ustedes sí, el perro no”.
Córdoba no parece preparada para este tipo de requerimientos.“Quitarle el perro guía a una persona no vidente es como decirle a quien anda en silla de ruedas que él puede pasar, pero la silla se queda afuera”, contó Maximiliano, ya de vuelta en Rosario.“Nos quedaban cuatro días, pero nos volvimos. Se valorizó nuestra discapacidad antes que nuestra condición de personas”, sostuvo, aún molesto.“Nos encontramos con la sorpresa de que ningún hotel nos quería tomar la reserva porque no aceptaban a nuestro perro. En Córdoba hay una ley que lo legisla, pero aun así no pudimos conseguir hotel ni en la ciudad capital ni en Carlos Paz. Sólo nos quedamos unos días en el departamento de una amiga”, relató.
La ley a la que se refiere es la 9.775, que garantiza el acceso de los perros guía a cualquier lugar, público o privado, de acceso público.Aunque no intentaron, Maximiliano supone que no les habría ido distinto en otras localidades turísticas.También contó otras dificultades. Por ejemplo, en un complejo en Villa Santa Cruz del Lago: “Una vez que llegamos para pasar el día, otra vez nos vimos con el impedimento por nuestro perro. En la puerta nos dijeron que nosotros podíamos pasar, pero que no se permitían animales. Yo viajo con un ovejero que me sigue a todos lados y es imposible que me mueva sin él”, remarcó.Finalmente, tras una charla con un supervisor, los dejaron ingresar al predio.
Jorge Pomponio, presidente de la Asociación Hotelera de Carlos Paz, sostuvo que una vez que se enteraron, enviaron una copia de la ley que regula este tipo de situaciones, para que los empresarios del sector sepan cómo actuar en estos casos. “Muchos de nuestros socios no conocían que existe esta ley”, apuntó.Es muy poco habitual que alguien llegue a un hotel acompañado por un perro guía, según explicó. Pero una ley determina que deben adaptarse, para no discriminar a personas con capacidades diferentes.
Qué dice la ley. La ley 9.775, sancionada en abril de 2010, garantiza en Córdoba el derecho de los no videntes a acceder junto con sus perros guía “a cualquier lugar público, de atención al público, lugares privados de acceso público y a transportes de uso público”.
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