Si existe una piedra apreciada y valorada dentro del fascinante mundo de la gemoterapia, esa piedra es la turmalina negra. Existen muchos tipos de turmalinas, que varían en color, cristalización y forma. Pero desde un punto de vista más esotérico y espiritual, la turmalina negra ó “Chorlo”, es la más reconocida.
La turmalina negra como protección.
Cuando portamos una turmalina negra sobre nosotros, principalmente en forma de colgante sobre nuestro pecho, podríamos visualizarla como un escudo protector que repele cualquier energía negativa que nos pueda llegar del exterior. No es recomendable dejársela a nadie ni tampoco permitir que nos la toquen ó manipulen. La turmalina negra pasa a ser como un filtro entre nosotros y el resto del mundo. Es por ello que al absorber la piedra toda la negatividad que nos rodea (ó que nos puede ser enviada a propósito), se hace necesario de vez en cuando proceder a su limpieza. Para ello podemos sumergirla en un recipiente con agua y sal y preferiblemente ponerlo a la luz de la luna durante 3 noches. Si se trata de luna menguante, mucho mejor.
No todas las piedras se pueden limpiar con agua y sal, aunque en este caso no hay problema.
Aquí cabría destacar la existencia de la piedra “Shungit” que también es un escudo protector, (entre otras muchas propiedades) y tiene la ventaja con respecto a la turmalina, que no es necesario limpiarla, es por decirlo de alguna forma, “autolimpiable”.
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La turmalina negra en piezas, está especialmente indicada para colocar junto a aparatos electrónicos (televisores, ordenadores, etc..). Con ello conseguiremos que vaya absorbiendo toda la energía electromagnética que desprenden dichos aparatos y que ensucian el ambiente.
Existe un tipo de turmalina negra llamada “radial” cuya superficie presenta unas finas aristas, bastante frágiles, pero que aportan una belleza especial a la piedra. Ocasionalmente entre estas aristas pueden aparecer porciones de cuarzo.
También podemos encontrar con el cuarzo turmalinado, que es cuarzo cristal de roca con incrustaciones en su interior de turmalina. Es muy apreciado por aunar en la misma piedra sus propiedades y las del cuarzo.