El conflicto que mantienen Turquía, Grecia y Chipre ha escalado rapidamente de solo palabras a demostraciones militares en las aguas del Mediterráno. Las asperezas han surgido por los posibles depositos de gas y petróleo que esconde el lecho marino del mar europeo.
Las competencias por los derechos de perforación en una región, que ha experimentado un auge en la extracción de petróleo y gas en la última década, son solo los últimos de una serie de disputas que se remontan a cuatro décadas.
La historia de conflictos
Las tensiones no son nada nuevo, con los aliados y vecinos de la OTAN, Grecia y Turquía han estado al borde de la guerra en no menos de tres ocasiones desde la década de 1970.
La situación actual comenzó en 2019, cuando Turquía enviaría un barco de perforación al norte de Chipre. Los estudios sísmicos y perforaciones de exploración fueron catalogados como ilegales por el país insular. En respuesta a estas acciones, la UE sancionaría a Turquía en julio de ese mismo año retrasando aún más su adhesión a la comunidad europea.
A pesar de la solidaridad de la UE con sus países miembro (Grecia y Chipre), Turquía emitió un comunicado diciendo que las sanciones no detendrían su determinación y avance en sus actividades en el Mediterráneo.
En lugar de reducir la situación, Turquía ha desplegado más barcos de perforación en la región este año junto con escoltas navales, ejerciendo lo que considera sus derechos para acceder a las aguas turcochipriotas, algo que actualmente contraviene el derecho internacional.
UE y su defensa a los aliados
En junio de este año, el ministro de Relaciones Exteriores de Grecia, Nikos Dendias, utilizó una reunión con Josep Borrell, Representante de Asuntos Exteriores de la UE, para condenar a Turquía y “su diplomacia ilegal de cañoneras”.
Chipre y la UE consideran que el norte es parte de la República de Chipre y las aguas que lo rodean son parte de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), lo que significa que las naciones de la UE tienen el derecho exclusivo de pescar, perforar y realizar otras actividades económicas. Pero como Turquía reconoce el norte de Chipre como independiente, con su propia ZEE, Ankara dice que tiene derecho a perforar allí.
A finales de agosto, tanto Grecia como Turquía pusieron sus fuerzas en alerta máxima, desplegando sus armadas para seguirse mutuamente en el Mediterráneo y realizar ejercicios de combate en el mar entre Creta y Chipre.
Grecia también anunció que ampliaría sus aguas territoriales de seis millas náuticas a 12 millas náuticas a lo largo de su frontera con Italia, abandonando lo que el primer ministro Kyriakos Mitsotakis calificó como “años de política exterior pasiva”.
Un conflicto sin final
Para agosto de 2020, el alcance de las operaciones de perforación exploratoria de Turquía se expandió para incluir aguas frente a la costa sur de Chipre y una mayor área de mar en el Mediterráneo oriental entre Chipre y Grecia. Grecia afirma que el área está por encima de su propia plataforma continental y, por lo tanto, tiene derechos exclusivos sobre los posibles depósitos de gas y petróleo.
Las tensiones se han extendido al marco religioso cuando Turquía ha convertido antiguas iglesias en mezquitas. Toda la comunidad europea espera una resolución pacífica de un conflicto que tiene décadas en desarrollo.