Llevo ya varios días viendo comentarios en las redes sociales, en concreto Facebook, que no me agradan. Y hoy algo me ha llamado demasiado la atención, llegando a mi casa he visto un estado del perfil del Ayuntamiento de mi pueblo, no sé ni por qué me meto en estos fregados, pero intentaré no molestar a nadie con lo que aquí voy a decir. En el mismo se explica que se desvincula de otra página llamada Medioambiente Turre y estoy de acuerdo por completo con el comentario, es evidente que ni una ni la otra tienen nada que ver. Pero lo que me ha sorprendido son las reacciones que ha provocado, de las cuales yo no soy nadie para decir nada pues cada un@ es libre de expresar lo que quiera, si con ello es capaz de olvidar ciertos detalles que es mejor no comentar.
Por eso al ver lo que acabo de ver, me salen ciertas preguntas de dentro que no me puedo aguantar: ¿De verdad vivís en el mismo pueblo? ¿De verdad os cruzáis y os saludáis? ¿De verdad os consideráis turrer@s? No sé, creo que esto es lo que desilusiona a la gente joven para meterse en política, me parece que cuando se pierden ciertas formas se olvida que lo primero son las personas, porque lo único que hacemos es zancadillearnos un@s a otr@s. Quizás llegue un día en que la gente hable para y por el bien del pueblo, y no se tire basura de un tejado al otro recordando lo que hizo un@ u otr@. Quizás ese día podamos decir a boca llena que somos vecin@s. Mientras tanto seguiremos siendo el pueblo del veraneo, el de la feria bonita, la semana santa curiosa, el critiqueo, l@s goleores/as y el que está al lado de Mojácar. Sé que esto entristece a quien siente el pueblo, a quien lo respira, pero es una enfermedad típica turrera, nace en nuestro río seco y muere como El Palmero. Ojalá que algún día, no muy lejano, se encuentre cura a nuestra Turreritis.