Tus tres brújulas internas ¿Cuál debes utilizar para guiar tus pasos?

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

¿Cuántas veces has tenido dudas a la hora de tomar decisiones? ¿Y cuántas veces te has sentido perdido a la hora de eligir el próximo paso en tu vida?

En mi caso, muchas. Sin embargo, la vida no se detiene y, queramos o no, nadie puede librarnos de tomar continuamente decisiones que van a marcar nuestro futuro a corto, medio o largo plazo.

En este artículo te hablaré de las tres brújulas internas que nos ayudan a la hora de tomar estas decisiones, y te explicaré cómo utilizarlas para encontrar el rumbo cuando nos sentimos perdidos.

Tus tres brújulas internas

El ser humano tiene tres brújulas internas que pueden guiarle a la hora de tomar decisiones. Cada una de estas brújulas internas proviene de una de las tres partes del ser: cuerpo, mente y Esencia.

El cuerpo nos guía a través de las emociones que generan las sustancias químicas que él mismo produce. La mente nos guía a través de la razón y el pensamiento lógico proveniente de nuestro cerebro. Por último, la Esencia nos orienta mediante los mensajes sutiles de nuestra voz interna. Unos mensajes que podemos sintonizar mediante la intuición, las primeras impresiones u otras herramientas como la meditación.

Sabiendo que contamos con estas tres brújulas internas, lo ideal sería escucharlas todas de forma simultánea para tomar nuestras decisiones en función de lo que éstas nos indiquen. De esta forma, viviríamos de forma global desde las tres partes del ser y construiríamos una vida en armonía con nosotros mismos.

Sin embargo, lo habitual es ver a la gente tomar decisiones en base a una única brújula interna sin tener en cuenta las otras dos. ¿Quién no se ha dejado llevar, por ejemplo, por las emociones cuando tu mente y tu Esencia te aconsejan hacer justamente lo contrario. De esta forma, somos capaces de hacer locura de amor por una bella mujer u hombre aún sabiendo que su carácter no es afín y que su estilo de vida no es compatible con el nuestro.

La brújula emocional es tan potente que consigue silenciar nuestras otras dos brújulas e incluso convertirnos en adictos a ella, ya que está mediada por sustancia bioquímicas que actúan como drogas. Cuando nos convertimos en adictos a las emociones, podemos llegar a cerrarnos completamente en nosotros mismos y desoír cualquier tipo de consejo o ayuda proveniente de otras personas de nuestro entorno. Y como bien sabes, vivir de esta forma suele llevarnos a tomar decisiones que pueden ser potencialmente muy dañinas para nuestros intereses.

También es muy frecuente en nuestros días decidir exclusivamente a partir de la brújula mental. La razón y la lógica de la mente son también capaces de silenciar al resto de brújulas internas haciendo que las despreciemos e ignoremos por completo. No obstante, a diferencia de la brújula emocional, su mecanismo de acción no está mediado por sustancias químicas adictivas, sino por circuitos neuronales formados a través de la educación, las costumbres y la repetición de cierto tipo de patrones mentales aprendidos. De todas formas, actuar exclusivamente desde la razón también nos acaba limitando y hace que creemos una vida en desequilibrio con la globalidad de nuestro ser.

Lo que no es frecuente en los tiempos actuales es ver a gente que se deje guiar por su brújula Esencial, es decir, por la parte más profunda de su ser a través, por ejemplo, de la intuición o de su sexto sentido. En una sociedad del culto al cuerpo, del cuidado desmedido de las apariencias y del dominio de la razón y la ciencia, el lenguaje del alma suele desterrarse de nuestra conciencia y pasar al olvido.

Y lo que resulta aún menos frecuente es encontrar a personas que hayan llegado a un punto de perfecto equilibrio que les permita aunar de forma simultánea sus emociones, su mente y su sexto sentido. Desde este estado de evolución personal nuestras tres brújulas internas suelen indicarnos siempre una misma dirección, lo cual hace que tomar decisiones sea una tarea realmente fácil.

Por desgracia este tipo de personas son una minoría, así que centrémonos en la mayoría. La mayoría que, por mucho que se encuentre en un estado consciente de mejora personal o de intentar buscar un equilibrio entre las tres partes de su ser, sufre contradicciones internas a la hora de tomar decisiones. Es decir, personas que experimentamos emociones que nos invitan a cometer locuras pasionales con las que nuestra mente racional no está de acuerdo. Personas cuya mente, después de analizar detenidamente la situación, querría tomar, por ejemplo, un camino profesional determinado, mientras que sus emociones desearían tomar otro y, a su vez, su intuición les aconseja un tercer camino diferente. Estas situaciones de duda y confusión son realmente frecuentes en nuestra vida pero, como dije al principio, no nos libran de tomar decisiones que, sin duda, marcarán nuestro futuro y nuestro destino. Por tanto, la cuestión es...

¿Qué brújula interna seguir en caso de dudas?

La respuesta a esta pregunta depende de tus creencias y de la forma en cómo te ves a ti mismo. Y Para ello tienes que preguntarte qué es lo que eres "en esencia". ¿Te consideras prioritariamente un cuerpo físico que ha desarrollado una mente pensante de forma secundaria? ¿Te consideras un ser pensante cuyo cuerpo queda al servicio de la razón? ¿O te consideras un alma cuyo cuerpo y mente no son más que herramientas a su servicio? Una vez hayas respondido a estas preguntas de forma sincera, no tienes más que ser coherente contigo mismo y hacerle caso a la parte de tu persona con la que más te identifiques.

Si asumes que el eje central de tu ser es tu cuerpo, es probable que actúes para satisfacer esa parte de ti de forma prioritaria y, en ese caso, te gustará vivir para el disfrute de las pasiones y los placeres de la vida. Es muy posible que tiendas a ser impetuoso y te muestres muy reactivo a la hora de expresar ira, alegría, tristeza o cualquier otra emoción en función de las circunstancias externas. Y también es probable que tus decisiones y actuaciones estén muy condicionadas por el miedo, el apego y leyes biológicas como la de supervivencia o la del mínimo esfuerzo.

Si por el contrario asumes que tu esencia es racional e intelectual actuarás en función de tu mente y, en este caso, tu vida se regirá por la lógica, la planificación minuciosa de tus actos y el análisis racional de variables en la toma de decisiones. Es posible que tu forma de ser manifieste cierta monotonía y frialdad en lugar de expresar una gran variedad de emociones y sentimientos. Y probablemente tu vida sea una experiencia previsible y segura donde no haya cabida para demasiadas cosas que se escapen al control y al análisis de tu intelecto.

Por último, si asumes que tu esencia es espiritual todo lo anterior tenderá a desaparecer y empezarás a regirte por otro tipo de valores y principios encaminados a nutrir tu verdadera naturaleza. El espíritu se identifica con la libertad, el desapego, la aventura y las experiencias profundas y enriquecedoras. Sólo cuando piensas en satisfacer tu alma eres capaz de decidir y realizar acciones que trascienden tu cuerpo y, por tanto, aprendes a controlar el exceso de tristeza o ira de tu carácter. Sólo desde la Esencia te puedes liberar del apego y el miedo que te impide realizar un viaje sin billete de vuelta o empezar unos estudios que, más que seguridad y dinero, te permitan aprender la profesión de tus sueños e ir a trabajar con alegría cada mañana. Sólo desde el alma puedes tomar decisiones que se escapan a toda lógica racional y realizar acciones que los demás tilden de locas, temerarias y absurdas pero que, sin embargo, el tiempo acaba demostrando que fueron las correctas. Y es que sólo tu Esencia es capaz conectar con tu verdadero camino y con el plan universal que, frecuentemente, se escapan al control de la mente y a las explicaciones de la ciencia pero que, no obstante, te hacen feliz al seguirlos.

Mi postura personal es clara, en mi caso, vivo mi vida asumiendo que soy Esencia, una conciencia inmaterial cuyo cuerpo y mente deben estar a su servicio. Y cuando todas las partes de mi ser no están alineadas en la misma dirección me centro en escuchar la sutil voz de mi alma para recuperar el rumbo. En mi opinión la felicidad y la autorrealización dependen del grado en que seamos capaces de escuchar nuestra Esencia y manifestarla en nuestra realidad externa.

¿Y tú? ¿Qué opinas al respecto? ¿Te identificas más con tu cuerpo, tu mente o tu alma? ¿Qué brújula interna sueles utilizar para orientarte cuando te sientes perdido? ¿Eres capaz de utilizar la razón, las emociones y tu sexto sentido de forma simultánea a la hora de tomar decisiones?

Fuente: https://viajealaesencia.com/tres-brujulas-internas/

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