La ruta a seguir es
Menú inicio > configuración > personalizaciónEn primer lugar
seleccionaremos la opción "fondo", y justo debajo de la vista previa, en el desplegable es donde podemos elegir entre tres posibilidades:1º, poner una imagen: una fotografía o cualquier "wallpaper" que nos guste (como ya hiciéramos con la pantalla de bloqueo) 2º, poner un color sólido: es decir, dejar la pantalla con un único color. O bien, 3º, poner una "presentación" de varias imágenes: es decir, elegir una carpeta en la que previamente hayamos guardado nuestras imágenes favoritas, que el propio Windows se encargará de ir cambiando con la periodicidad que le indiquemos: un minuto, diez, treinta; cada hora, cada seis horas ¡ incluso podemos poner un fondo diferente para cada día de la semana !Desde el mismo menú de personalización, también podemos elegir el que Windows denomina "color de énfasis", es decir, el que veremos en la barra de tareas y en la ventana del menú inicio.Para ello, nos iremos a la opción "colores" (justo debajo de la opción fondo) y una vez ahí, podemos indicarle a Windows que automáticamente elija por nosotros un color dentro de la gama de los colores de nuestro fondo de pantalla. Esto lo conseguiremos activando a la vez las casillas "elegir automáticamente un color de énfasis para mi fondo" y "mostrar el color en inicio, barra de tareas y centro de actividades".Si en cambio queremos elegirlo nosotros para que, por ejemplo, destaque sobre nuestro fondo, entonces desactivaremos la primera casilla y lo buscaremos en una paleta de colores como esta:
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