Hola a todos!!
Cuando se practica una actividad cuidar las herramientas que nos permiten desarrollarla es fundamental. Los que amamos el maquillaje tenemos que tener un cuidado fundamental y muy especial de nuestras brochas, ya que éstas entran en contacto directo con nuestra piel y si no están perfectamente limpias y desinfectadas puede con llevarnos algún tipo de enfermedad cutánea.
Yo hago un ritual de limpieza de brochas cada domingo, puesto que me maquillo todos los días de lunes a sábado y descanso el domingo elijo ese día para darle un momento spa a mis compañeras inseparables.
¿Queréis saber cómo lo hago? Sigue leyendo!
Lo primero que hago en el cuarto de baño es prepararlo todo. Para este proceso tan laborioso uso lo siguiente:
- Un jabón de coco natural - Agua - Manta limpiadora.
Realmente para lavar las brochas podéis utilizar cualquier tipo de jabón que no tenga muchos aditivos ni perfumes. Yo prefiero uno de coco ya que he notado que las brochas me quedan más limpias con menos esfuerzo y cuida las fibras evitando que con el tiempo comiencen a pincharme. Yo estoy usando ahora mismo el de Kirk's Castile que compré en iHerb, pero podéis usar el de Saponificio o de Ecobeauty que venden en Primor a no más de 2€.
Por otro lado, y esto es completamente opcional, uso esta manta con distintas texturas para poder frotar la brocha sobre ella y así desincrustar mejor los residuos. Para mi gusto hace una limpieza mucho más efectiva en menos tiempo y ahorrando agua. Yo la compré en Aliexpress, pero podéis comprar una igual en Maquillalia de la marca The Brush Tools. También podéis encontrar el mismo sistema algo más pequeño o el huevo que ya está disponible en todas las marcas. Paso a paso...
Cuando lo tenemos todo preparado, tomamos la brocha que vayamos a limpiar y la humedecemos. Debemos tener mucho cuidado de hacerlo boca abajo, nunca hacia arriba para que el agua no penetre en la virola y con el tiempo despegue el pegamento y pudra la madera del mango.
Una vez bien humedecida vamos a frotarla sobre el jabón suavemente para que se impregne bien de éste y nos sea más fácil poder eliminar cualquier resto de suciedad. Esta opción me parece más cómoda que la de restregar el jabón por la manta, excepto que uses un jabón líquido, en ese caso mejor directamente sobre la manta limpiabrochas.
Ahora llega el proceso más arduo. El restregar la brocha por las distintas texturas y gramajes que tiene la manta con el fin de que quede lo más limpia posible. Si fuera necesario, vuelve a impregnarla con jabón y repite el proceso según el gramaje que necesites. Por ejemplo, para brochas con base de maquillaje que es mucho más difícil de quitar, suelo usar el gramaje más gordo que tenga la manta para luego continuar con uno más fino.
Cuando la espuma salga limpia, entonces es momento de enjuagar la brocha. Deja correr el agua del grifo y pon la brocha boca abajo otra vez, ayudándote de los dedos para eliminar cualquier residuo de jabón. Escurre el pelo y ponla a secar.
Con las brochas pequeñas como la de ojos seguramente termines antes. Este proceso sirve tanto para brochas sintéticas como de pelo natural, aunque para estas últimas siempre aconsejo ponerles un poquito de mascarilla durante unos minutos para que no pierdan suavidad las fibras.
Si tu brocha de maquillaje se resiste con el jabón con el que las estés lavando te recomiendo usar una gotita de detergente para los platos. Este tipo de producto es desengrasante y conseguirá arrastrar los restos de base de maquillaje que queden en las fibras, que al ser una textura grasa se agarra con mayor facilidad.
¿Y qué pasa con la Beauty Blender?
Limpiar este tipo de esponjas es un procedimiento muy sencillo pero al mismo tiempo tiene que ser bastante delicado. Como he comentado antes, recomiendo usar una gotita de detergente para los platos, humedecerla bien y masajearla con nuestras propias manos hasta que la espuma salga blanca. Seguramente tengas que repetir el proceso varias veces para que quede como el primer día.
Es muy importante que no aprietes ni ejerzas mucha fuerza en su limpieza, ya que puedes romper la esponjita o crearle grietas que hagan que su vida útil se reduzca a más de la mitad.
Una vez lavadas, las brochas deben de dejarse secar en un lugar fresco y ventilado, para que no cojan ningún tipo de hongo. También es aconsejable secarlas o bien boca abajo o tumbadas, de modo que la humedad no entre por el mango y las estropee.
Yo para secarlas tengo este curioso artilugio. Se trata de un tendedero de brochas que tiene huecos para que podamos poner el mango de nuestras brochas bien enganchado y así secarlas boca abajo de modo que toda la humedad abandona la brocha sin pasar por la virola.
Es uno de los artilugios más cómodos que he comprado nunca. Podéis encontrarlo también en Aliexpress.
Y así es como queda todo el tinglado. Las brochas limpias, a la espera de secarse.
Tengo que confesar que antes de tener estos artilugios, tanto la manta como el secadero me era todo un engorro total limpiar las brochas, pero ahora lo hago todo muy rápido y muy cómodo.
Y vosotras? ¿Cómo limpiáis vuestras brochas?