Guitarras distorsionadas, buzz box, un ambiente oscuro, algo depresivo y con la manía de mirar para atrás mientras escuchas por si acaso algo extraño te ataca. Un disco mas largo y mas elaborado que el debut “Cold Fish” de 2009, pero sigue siendo tenso y nervioso.
Perfecto para un día como hoy que se supone no puedes comer carne (Viernes Santo) y deseas precisamente hoy - cuando nunca es un antojo - una hamburguesa doble. Vaya gilipollez para dar brillo al disco!
Buscadlo por las vías habituales y sube el volumen.