Y decimos que el prestigio de la RTVE va a peor porque este Gobierno se ha empeñado en teledirigir, desde el primer día, los medios de comunicación bajo su control, marcando la directriz y el sesgo de la información que elaboran y difunden, sin respeto a la labor de los profesionales que trabajan en ellos ni la credibilidad e independencia a que deberían deberse o, al menos, perseguir. El deterioro laboral, la desconfianza entre los trabajadores y la fuga de los profesionales más destacados ha sido el triste balance de una gestión encaminada más a servir de apoyo propagandístico o gabinete de prensa del Gobierno que de servicio público a los ciudadanos, que es lo que justifica supuestamente su existencia.
Todo aquello fue barrido de un plumazo por el Gobierno del Partido Popular, siguiendo la tradición de la derecha española de destruir y eliminar todo lo que la izquierda haya construido o impulsado. Así, del mismo modo que se ha dejado sin efecto la Leyde Dependencia al no dotarla presupuestariamente, se ha intentado denodadamente dar marcha atrás con la Leydel Aborto, se sigue obstaculizando con denuedo la Ley de Memoria Histórica o se efectuaron recortes draconianos, con la excusa de una crisis económica que no debiera afectarles, en la Sanidad, la Educación, las becas o en los subsidios y otras ayudas a desempleados y desfavorecidos, también se ha laminado la autonomía e independencia de los medios de comunicación de titularidad estatal, sometiéndolos a tutela gubernamental y a la conveniencia del partido en el Gobierno.
Tal es el grado de deterioro que, si las cosas iban mal para estos medios públicos de comunicación, acontecimientos recientes demuestran que ahora, además, se precipitan inexorablemente hacia lo peor. Porque no es sólo que el Gobierno sea renuente, mediante bloqueos y subterfugios continuos, a materializar el acuerdo arriba indicado para recuperar una dirección transparente e imparcial, sino que todos los problemas que ha creado la obsesión manipuladora del Gobierno traspasarán nuestras fronteras y llegarán hasta el Parlamento Europeo. Europa examinará la manipulación gubernamental de los medios públicos de comunicación. El próximo día 16, se expondrán ante la Comisión de Peticiones del Europarlamento los casos más flagrantes de manipulación y censura en TVE que demuestran que se están violando el derecho a la información de los ciudadanos y la libertad de prensa en España. Una delegación del Consejo de Informativos de TVE pedirá al Parlamento Europeo que inste al Gobierno español a recuperar la independencia de RTVE y deje de utilizarla como instrumento de propaganda gubernamental.
Todo ello pone de relieve que, si graves son la dependencia del organismo público de comunicación con el Gobierno y las malas prácticas que conducen a la tergiversación de noticias, sesgar la información u ocultarla si cuestiona o perjudica al Ejecutivo, peor aún es mantener tal situación por intereses partidistas en perjuicio del derecho a la información de los ciudadanos, un derecho reconocido por la Constitución, además de un atentado contra la libertad de prensa. De seguir así, en caída libre hacia lo peor, el futuro de RTVE será la irrelevancia, el absoluto desprestigio y, como colofón, su desaparición como medio de comunicación público al servicio de la sociedad. Tal vez este sea el objetivo último del Gobierno: hacer inviable RTVE para privatizarla, total o parcialmente, como ha hecho con muchas otras empresas de titularidad estatal. Si fuera así, sería más rentable venderla siendo líder en su sector que hundiéndola en la mediocridad e inoperancia. En cualquier caso, se trata de una afrenta del Gobierno contra los intereses generales de los ciudadanos a estar informados con veracidad, rigor y pluralismo de las cosas que le afectan, sin manipulaciones ni censuras. Algo imperdonable.