En Televisión Española no existe un manual titulado “Cómo controlar ideológicamente la información”, pero si una técnica sutil elaborada desde el antifranquismo y que da por hecho que la información debe pensarse con mente de izquierdas.
Los periodistas cercanos al PP quieren, pero no saben imitar esa técnica nacida para saltarse la censura. Y si tratan de dar información equilibrada la clase periodística dominante los acusa de filofascista.
El drama informativo de la derecha en TVE es que es incapaz de alcanzar la capacidad control que tiene la izquierda sobre la información, incluso cuando Rajoy gobierna con mayoría absoluta.
Un ejemplo: los informativos de TVE del pasado 14 de abril emitieron numerosas imágenes de manifestaciones republicanas por toda España. Básicamente, con primeros planos de masas cercanas que hacían imaginar una gran multitud. Donde estaban 5.000 personas, como en Madrid, parecían 500.000.
Estos días los antisistema quieren tomar el Parlamento: se verá sólo a “unos pocos” que actúan violentamente, y a la policía respondiendo con provocativo exceso de fuerza y brutalidad innecesaria.
Durante el zapaterato una de las periodistas estrella que TVE presentada como ejemplo de neutralidad era Pepa Bueno; creada esa imagen, la audiencia aceptaba ciegamente que su selección de temas y noticias era objetiva.
Pero, no: ocultaba al máximo las lacras de la izquierda y apuntaba sólo las de la derecha como hace ahora con igual criterio en la SER, radio claramente hostil al actual gobierno.
Los periodistas de izquierda son mucho más hábiles en la manipulación que los de la derecha: les hemos enseñado los antifranquistas, los que aprendimos a transmitir mensajes subliminales entre líneas bajo el franquismo.
Los de derechas desconocen esa habilidad, y sus informaciones sesgadas resultan más directas, broncas y pedestres, carecen de astucia, y enseguida huelen a propaganda.
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SALAS