Ante tanto comentario triunfalista sobre el estreno de la nueva serie “La embajada” y ser ganadora en el “share” de ese día, este vecino del mundo se ha tomado un día (día y medio) para pensárselo y que se enfriaran sus sensaciones, complicadas, intentando ser más justo.
Como durante la emisión del capítulo, este vecino fue redactando tweets sobre sus opiniones a tiempo real, se va a basar en ellos. El orden en este post no tiene por qué coincidir con el orden real mandado por twitter.
"Creo que la embajada real de Tailandia, si la hay, va a estar sin candidatos para ir, durante mucho, mucho, tiempo."Y a pesar de esa sentencia, y sin ahondar en razones por no “estropear” el argumento a futuros espectadores, la serie puede ser buena publicidad para que las nuevas generaciones estudien para diplomáticos. Según ésta, "es un continuo no parar”, en todo.El argumento, el thriller, en todo caso ocurre en una embajada como pudiera transcurrir en un hotel, o en un bufete de abogados.
Serie realizada para que los pobres estemos contentos de no tener mucho dinero y ser corruptos y cornudos.Sería un lado optimista de verlo, porque el argumento recuerda bastante a nuestra actualidad en alguna autonomía de nuestra piel de toro y, claro está, a muchas otras series.
He cerrado un momento los ojos y me he perdido dos polvos y tres corrupciones.Este vecino se ha imaginado a los guionistas de la serie como si estuvieran rellenando una quiniela con el método de los dados, y según iban lanzándolos, ahora uno le era infiel a su esposa, como que ella le adornaba la frente a él, mientras ya buscaba nuevos horizontes. Una especie de Sodoma y Gomorra pero ataviados con lo último en grandes marcas de moda. Y que conste que este vecino del mundo no es estrecho de miras, pero viéndoles a esos personajes en sus lides amatorias, no tienen tiempo material para trabajar.
Carlos Bardem está que se sale, y Raúl Arévalo haciendo amigos desde el primer fotograma.Lo del Señor Bardem, Carlos, si transcurre el argumento como parece, puede ser curioso, porque su personaje es el primer malo malísimo que detectamos, y que visto lo visto en el primer capítulo, puede resultar al final “una hermanita de la caridad”, en comparación con lo que parece adivinarse hay encerrado entre las paredes de la embajada, ya que él, y es un detalle, va de frente.
En cuanto a Raúl Arévalo juega, al menos por ahora, a ser el gran tapado, malo y posiblemente cruel.
Por un momento, al final, me ha parecido que Úrsula Corberó hacía un remake del papel de Megan Montaner en "Sin identidad".Y es curioso, porque además la Señorita Montaner también aparece por la embajada. Y es que los productores si en algo no han escatimado es en nombres, bellezas, y epidermis, de actores y actrices del momento.Por cierto, y no es una crítica, sino constatar un hecho, el comportamiento del personaje de la Señorita Corberó recuerda muy mucho a su manera de comportarse en la mayoría de sus entrevistas, dando la sensación de que “pasaba por allí”, pero mucho se teme este vecino, que sea la calma que precede a la tormenta, y que ese personaje, aparentemente alocado, va a sufrir bastante.
“Demasiado esquemático todo. Si estornudas te pierdes dos datos. Y dentro de poco necesitaremos un mapa, para situarnos”.“Sensación de que el tiempo que ha durado el capítulo no he parado de trabajar. He acabado agotado”.“He tenido la sensación durante todo el capítulo que era el enunciado de un problema, y gordo”.Estos tres últimos “tweets” han sido agrupados a la hora de redactar este post porque están íntimamente relacionados, y pertenecen al lado, según la opinión de este vecino del mundo, de la parte negativa.
Personalmente, y sin intentar condicionar a nadie, este vecino va a dar de margen otro capítulo a la serie, y si sigue teniendo las mismas sensaciones, se va de Tailandia en busca de nuevas aventuras en otra película, o serie.
Por cierto, y ya para terminar, este vecino brinda una idea, y gratis. Le hubiera parecido más interesante la misma propuesta pero al revés, es decir, una embajada tailandesa en España, y los problemas que pudieran surgir entre los tailandeses y los nativos, pudiendo incluso adentrarse en el terreno de la comedia.
*FOTO: DE LA RED