Twentynails abre su segunda tienda

Publicado el 17 diciembre 2009 por Falcaide @falcaide
Como muchos sabéis, en este blog uno de los temas de referencia es el mundo de los emprendedores. Hemos dedicado muchos post a esta cuestión. Entre otros:
- Claves para emprender con éxito, 12/02/09.
- Algunas ideas para emprendedores, 30/06/09.
- Más ideas para emprendedores (I), 10/07/09.
- Más ideas para emprendedores (y II), 13/07/09.
- Ingenuidades de emprendedores, 14/10/09.
Hoy me centro en este tema porque soy un enamorado de la gente valiente, y si hace falta algo para ser emprendedor es, precisamente, ser valiente. La diferencia entre un empresario y un directivo es que el primero dispara con pólvora propia y el segundo con pólvora ajena. Cuando uno opta por el trabajo por cuenta propia debe saber que lo que le espera es fundamentalmente capacidad de gestionar incertidumbre, imprevistos y tensión. Por este motivo, la mayor parte de las personas prefieren opciones laborales más seguras, porque si bien el ser humano es la mezcla de dos objetivos -reto y seguridad- no ponderan de la misma manera, y por el propio instinto de supervivencia, la seguridad suele pesar mucho más.
Las palabras de Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza, y que recogimos en otro post aquí, dicen mucho:
La experiencia de montar tu propia empresa es algo parecido a subir una montaña. Vas viendo siempre la cima allí arriba, mientras te lanzas a subir. Luego, a medida que trepas, descubres las condiciones particulares de cada cota. Te das cuenta de que hay obstáculos, muchos de los cuales ni siquiera esperabas tener que sortear. Tienes que pasarlos y te inventas puentes, haces andamios y trenzas cables de paso. Aquí tropiezas; más adelante, te caes; luego te levantas y sigues avanzando una y otra vez. Empiezas a estar en lo alto, te sientes sólo y si miras hacia abajo crees que el sitio es poco seguro. Pasas por momentos muy duros y tienes ganas de volver al refugio al pie de la montaña con los demás. Al final, a pesar de los tropiezos has conseguido crear tu propia empresa. Y el dinero que te llega es un subproducto, algo que te indica que lo estás haciendo bien que tienes patrocinadores. A veces recuerdas que en el camino viste a lo lejos algún comerciante que únicamente quiso vender su propiedad en algún rellano de la cuesta. El kit básico de supervivencia incluye obligatoriamente una buena dosis de inteligencia coloreada de creatividad y bien abrigada de perseverancia.
Comento todo esto porque el pasado sábado asistí a la apertura del segundo local de Twentynails, situado enfrente del parque del Retiro, justo en Avd. Menéndez Pelayo, 53 (Madrid). La primera apertura tuvo lugar hace un par de años también en Madrid en el barrio de La Latina, concretamente en la c/ Cigarreras, s/n.
Twentynails es una empresa de belleza y estética con múltiples tratamientos (pies, manos, cara, etc) tanto para mujeres como para hombres. El mundo del cuidado, la belleza y la cosmética no dejan de crecer. Spas, Wellness, Cosmética, Aromaterapia, etc son productos y servicios más demandados en una sociedad que vive a un ritmo más rápido y que necesita compensar la intensidad del día a día con el descanso y el disfrute.
Los propietarios de esta iniciativa son dos jóvenes emprendedores y amigos, Bárbara Torres y César Alfonso, que, a pesar de la crisis, no se han dejado amilanar por el contexto económico y han decidido coger el toro por los cuernos, aprovecharse de los beneficios que toda crisis también tiene (costes más bajos, alquileres más baratos, etc) para seguir creciendo.
Me comentaron además que las ventas habían crecido un 25% respecto al año anterior. Según me explicaron, la crisis afecta a los gastos no básicos con un precio medio-alto, prescindibles y que no aportan nada; por el contrario, la estética, y en particular su especialidad, las manicuras y pedicuras, son tratamientos económicos donde la clienta ve de inmediato el resultado de su inversión, en este caso la belleza, lo que intensifica la sensación de gasto–resultado positivo inmediato.
Asimismo, me hablaron de un artículo publicado en "El Mundo" que había salido el mismo día que decía: "Los indicadores más absurdos -y fiables- de una crisis económica". Merece la pena leerlo, muy curioso. Entre otros detalles, el artículo apuntaba: "La mejor inversión: corbatas y lápices de labios". Y explicaba: "Al buscar trabajo hay que ser sublime sin interrupción. La opción más barata de acicalarse para una entrevista de trabajo es la corbata, si se es hombre; o pintarse los labios, si se es mujer. En el primer semestre de 2008, cuando la crisis estalló en Europa, las ventas de corbatas aumentaron más de un 50%, según la firma Moss Bros, recoge 'The Telegraph'. El 'índice pintalabios' fue propuesto en 2001 por Leonard Lauder, presidente de Estee Lauder. Igual que pasa con las corbatas, las mujeres se decantan por este recurso tan eficaz como barato. En la Gran Depresión posterior a 1929, las ventas de cosméticos aumentaron más de un 25%. En 2008 cayeron las de pintalabios, pero Estee Lauder apunta que fue cuestión de moda: los lápices de ojos se vendieron un 8,5% mejor. La conclusión que podemos sacar es que en época de crisis un mínimo gasto en belleza se ha convertido en una gran inversión".
Enhorabuena a todos los emprendedores y, en particular a Bárbara y César de Twentynails, por apostar por el crecimiento en tiempos tan difíciles: http://www.twentynails.com/.
* Para acabar este post sobre "Emprendizaje" os recomiendo la reedición del libro "1010 consejos para emprendedores" de Javier Fernández Aguado. De todo lo publicado por este experto, éste es un de mis libros preferidos.