Los 80 son sólo humo a nuestra espalda pero no dejamos de mirar atrás. Estamos hechos de contrasentido e hilvanados por paradojas. Andamos descuidados hasta que un estribillo nos rapta y nos hace perder la noción de nuestra realidad. Y eso es –precisamente- lo que ocurre con el primer capítulo de lo que se nos va a venir encima. El primer fogonazo de Forget -Tyrant Destroyed– es melancolía, oscuridad y ataque al corazón.
Forget es música de habitación de hotel, de no saber en qué ciudad estás cuando abres los ojos en la oscuridad. Son canciones escritas en soledad, es música de walkman capaz solamente de poner ritmo a la historia propia de cada uno. When We’re Dancing surge escurridizo y genera expectativas de continuidad, cuando en realidad es el sendero que nos arrojará al precipicio. Impaciencia y urgencia.
La habilidad de George Lewis Jr. –dominicano residente en Brooklin- radica en captar ese momento mágico, ese instante que somos capaces de percibir pero no de retener. Ese olor en las manos… Diablos, ya saben de qué les hablo.
Y entre tanto el bajo bombea incansable a la estela de la grave voz del Sr. Lewis. Drama en la pista de baile, complejidad vestida de sencillez.
Forget tiene fondo, tiene argumento, tiene ADN. Seguramente no cambiará tu vida, pero siempre estará ahí. Forget es alta tensión en el estómago y vértigo en la pista.
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