Twiter Vs Santander, o como la noticia de un blog la pueden leer más de 23.000 personas

Publicado el 30 noviembre 2013 por Azneneita @jav_atienza


Twitter es una red dual, blanco o negro, no hay grises. Se usa para con fines profesionales o para machacar al prójimo, extender cotas de solidaridad hasta la nausea, o ser cruel a la hora de difamar o difundir rumores falsos, de los que cierta experiencia hemos tenido en Teruel en los dos últimos meses. Para este último uso ya teníamos el patio de vecinos, así que podemos apagar Twitter.
Pero esta red bien usada, y escribiendo bien en ella, es un herramienta muy potente para dar a conocer nuestra opinión, hacerla llegar a destinatarios antes imposibles y viralizarla desde el ordenador de casa, a golpe de clic, sin grandes inversiones económicas y, eso sí, con tiempo y paciencia.
Recientemente un conocido tuvo un problema con el banco Santander. Cuando iba a llenar su Twitter de exabruptos con perlas como #santanderladrones, #oficinaxxxladrones #banqueroscorruptos, #santanderestafadores y lindezas de este tipo, acompañadas de tuits con detalles de la oficina donde le había pasado y amenazas directas, le convencí para que parara. Insultar no es el camino, no se logra nada, y puedes terminar en buen lío.
Este ejemplo me sirve para explicar que se debe usar Twitter de una manera diferente si se quiere transmitir información de forma eficaz, bien sea personal o empresarial. En primer lugar se utilizó un blog para contar su verdad, escribiendo un texto que también se envió a la sección de cartas al director de varios periódicos regionales y nacionales. Este contenido informativo se enlazó en todos los tuits que se lanzaron a la red con mensajes positivos, informativos y no insultantes, y basados en una estrategia. Es decir, hay que pasar del insulto a la información, y luego usar alguna táctica de comunicación.
¿Qué estrategia se sigue en Twitter en este tipo de acciones? Buscar cuentas de referencia que puedan ser de utilidad. En este caso, asociaciones de usuarios y consumidores, por ejemplo, medios de comunicación, asociaciones de defensores de la banca, competencia, asociaciones de afectados por preferentes, etc.
Posteriormente, lanzar tuits con la petición de que se retuiten, usar @recomendar para que se difundan más, pedir a los amigos que lo den a conocer, vincular la cuenta de Twitter con Facebook y otras redes sociales, de tal manera que se pueda llegar a más gente. Por otra parte, estás acciones se pueden automatizar por medio de diferentes herramientas, de tal modo que, una vez hecha la planificación, una parte del trabajo lo hacen los ordenadores. Además, la gente suele ser solidaria en según qué tipo de acciones, y en la actualidad, viralizar contra los bancos no es difícil pues la opinión pública está contra ellos.
Estas acciones suelen poner en contacto con grupos de Facebook que son de interés, así como con blogueros o foros, con lo que se alcanza un gran impacto exponencial. De tal manara que, un ciudadano anónimo, que antes solamente tenía la opción de escribir una carta al periódico para dar a conocer sus quejas, y que difícilmente se la iban a publicar ya que el Santander es el principal anunciante de España, y censor de facto, ahora puede llegar a miles de personas, cuestión que antes, aunque le publicará la carta un periódico, puede que no lograra.
Esta es la grandeza de usar bien las redes sociales, que las grandes corporaciones no pueden impedir que la entrada de un blog ,la que explica el motivo de queja hacia el Santander haya sido vista en un mes por 23.456 personas, retuiteada 3.456 veces, pinchada como “me gusta” en Facebook 564 veces y recomendada 227 el Linkedin.
Jamás antes los ciudadanos habíamos tenido tanto poder en nuestras manos. Ahora gracias a internet y todas las posibilidades de la web 2.0 podemos y debemos hacerlo.