Twitter anuncia que abre la puerta a la censura de los gobiernos

Publicado el 27 enero 2012 por Solano @Solano

Con el anuncio que hizo hoy Twitter, de poder censurar ciertos contenidos a petición de los gobiernos locales, se traza uno de los días más tristes en la historia de la libertad de las redes.

A pesar de que el anuncio tiene poco menos de unas horas, no demorará en sentirse la reacción telúrica de los usuarios en esta red. O por lo menos eso pensaría que puede ocurrir en las próximas horas. La situación no es fácil. Con ganas de llegar a mercados esquivos por su condición política, Twitter –la plataforma más revolucionaria de Internet en los últimos años, junto a Youtube y Facebook– anunció que ciertos contenidos podrían ser bloqueados en los países de origen por solicitud de los gobiernos locales.

Aunque técnicamente ya Twitter puede hacer esto, esa era una capacidad que se había reservado la compañía porque no había encontrado la necesidad o porque sencillamente el crecimiento exponencial que ha tenido en los últimos años habría sido imposible. “Poco a poco, a medida que crecemos a nivel internacional, vamos a ir a los países que tienen diferentes posiciones sobre la libertad de expresión”, dijo la empresa en su blog. con el ánimo de justificar la decisión.

A partir de ahora, Twitter bloqueará la publicación de ciertos mensajes en ciertos países, siempre que la ley local lo solicite, sin discriminar entre países democráticos o no. Así las cosas, si esto hubiese ocurrido hace un año, no sabemos cómo habría sido el desarrollo de la ‘Primavera árabe’, el fenómeno que sacudió gobiernos como los de Túnez, gracias a la participación muy activa de los ciudadanos inconformes a través de las redes sociales.

Con esta decisión, muchas de las ideas se convierten potencialmente en subversivas si llegan a incomodar a cualquier gobierno, sin que este tenga que ser necesariamente una dictadura. Casi todas las constituciones del mundo conservan articulados en los que la conspiración y la “traición a la patria” son conductas tipificadas como delitos. Con una posibilidad como ésta, hasta un gobierno democrático, en sus días de mal genio podría llegar a solicitar el bloqueo de palabras críticas con su gestión.

Y si eso llega a ser así en las ‘democracias ¿Qué va a pasar en China, Pakistán, Corea del Norte, Irán, Cuba, Venezuela…? La posibilidad de reducir la libertad de expresión es mayúscula. La tentación de un Estado todopoderoso de poder entrometerse en la difícil tiniebla (para los gobiernos) dominada por los ciudadanos va a ser enorme.

Twitter afirma que algunos trinos pueden ser bloqueados en algunos países pero no en otros: “Si se nos solicita bloquear un mensaje en un determinado país, vamos a tratar de contactar con el usuario”… ¿Y cómo van a establecer ese contacto? ¿Censurando primero y luego explicando que el contenido resultaba “inapropiado”?

Cuando un tweet alerte que hay una irregularidad en el día de las elecciones en un país que esté regentado por un gobierno que lleve, digamos, ocho años en el poder, ¿El gobierno podría solicitar que lo borre porque altera la tranquilidad y el orden? Casos como este y muchos más manipulan la puerta giratoria entre la libertad y la represión a la perseguida libertad de expresión.

Repito que es triste que una de las plataformas que se habían abanderado como uno de los bastiones de la libertad de la palabra, ceda tan brutalmente a las presiones de los inversionistas, que a la larga son los que están detrás de entregar las llaves a los caprichos de los gobiernos.

Los ciudadanos en esta etapa que hemos vivido en los últimos seis o siete años hemos venido encontrando la muy atractiva posibilidad de poner la palabra al alcance de todos, de compartir contenidos de manera espontánea. Una talanquera de este tamaño es un despropósito histórico, un error de la empresa que podría recibir una resistencia enorme por parte del hacktivismo más radical.

Al final, hacktivistas y moderados podrían entrar a considerar otras plataformas que hasta ahora han sido tímidas o incapaces o menos famosas emulaciones de Twitter. El usuario de la red no es fiel, es inseguro y malagradecido y en cualquier momento migra hacia otros servicios de la competencia sí ésta ofrece una milla extra.