“A medida que continuamos creciendo internacionalmente, ingresamos en los países con diferentes ideas sobre los contornos de la libertad de expresión. Algunos son tan diferentes de nuestras ideas, que no vamos a ser capaces de existir allí. Otros son similares, pero por razones históricas o culturales restringen ciertos tipos de contenido, como Francia o Alemania, que prohíben el contenido pronazi”.
Ese es uno de los fundamentos que enseña Twitter en su blog oficial para explicar la medida, que se aparta sustancialmente de la política que exhibía hace un año, cuando fue una de las principales armas que tenían los manifestantes de países como Egipto, Túnez y demás naciones árabes para organizar y relatar los sucesos que muchas veces desembocaron con la caída de dictaduras.
En un post de hace un año, incluso mencionado en el anuncio de hoy, la compañía dejaba en claro que se alejaría de la censura de contenidos.
“Nosotros no removemos tweets en base a su contenido”, dijo en aquel momento, y agregó: “Nuestra posición con la libertad de expresión acompaña el mandato de proteger a nuestros usuarios en su derecho a expresarse libremente”.
El post de de hoy de Twitter no brinda muchos detalles sobre cómo se aplicará la medida, ni siquiera en qué países. Sí dice que “hasta ahora, la única manera de tener en cuenta los límites de esos países fue quitar el contenido a nivel mundial. A partir de hoy, podemos retener el contenido de los usuarios de forma reactiva en un país determinado mientras se mantiene disponible en el resto del mundo”.
Agrega que todavía no debieron actuar en ese sentido, pero “siempre que nos veamos obligados a retener un tweet en un país específico, vamos a tratar de que el usuario lo sepa y que claramente se aclare que el contenido fue ocultado”.
Y para finalizar, agrega: “Tratamos de mantener el contenido hasta donde y cuando podemos”.
La decisión de Twitter se contrapone con la posición tomada por empresas como Google, que llegó a relocalizar sus servidores para los usuarios de China luego de enfrentarse con el gobierno de ese país asiático por un caso de censura.
En otro polémico episodio, Dick Costolo, uno de los líderes de Twitter, dijo que no se plegaría a Wikipedia en su decisión de cerrar en protesta por la ley SOPA de los EEUU. Argumentó que era una “locura. Cerrar un servicio global en reacción a un asunto de política interna es estúpido”.