[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
The Joshua Tree, treinta años después, sigue incólume como faro y cima de la discografía de U2, con permiso de Achtung Baby. Tras la revelación de The Unforgettable Fire, donde la conjunción U2-Daniel Lanois-Brian Eno descorcharía la corteza de la banda, llevándoles a un nuevo estado, un terreno ignoto para nuevos mensajes y sonidos trascendentes, tocaba al cuarteto irlandés dar el golpe sobre la mesa, para dar el salto más largo y alto de su efervescente carrera.El edificio sonoro The Joshua Tree daba suficiente sombra como para contener evidentes hits pop como With Or With our You y Where The Streets Have No Name, homenajes como One Tree Hill, introspección en Running To Stand Still y temas de protesta como Red Hill Mining Town y Bullet The Blue Sky, pero hacía falta la voz maestra, la guía espiritual que diera paz a los creyentes Bono, The Edge y Larry Mullen (ellos fueron los que casi dejan el grupo, por razones espirituales, durante el tiempo del disco October). La conciencia y el suave viaje al gospel estaría esperándoles en la epifanía I Still Haven’t Found What I’m Looking For.
I Still Haven’t Found What I’m Looking For se lanzaría como segundo sencillo de The Joshua Tree en mayo de 1987, con Spanish Eyes y Deep In The Heart como caras B, llegando el 8 de agosto al primer lugar en las listas de los Estados Unidos y al sexto en el Reino Unido. Es llamativo como una canción que incluía citas bíblicas como I have spoken with the tongue of angels (Corintios 13:1) se viera visualizado con la banda interpretándola en la ciudad del pecado, Las Vegas; sin duda estos contrastes son los que generan tertulias y mitología.
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