Ucrania

Publicado el 22 febrero 2014 por Juan Pablo

Los ultras ucranianos rechazan el acuerdo y dan un ultimátum a los políticos

22/02/2014, 1:29 EFEEl ala más radical de los opositores ucranianos denominado Sector de Derechas, núcleo duro de la resistencia a los antidisturbios en el centro de Kiev, ha dado un ultimátum a los líderes de la oposición para que exijan en menos de doce horas la dimisión inmediata del presidente, Víktor Yanukóvich."El Sector de Derechas llama a todos los miembros del Maidán a continuar la lucha contra el régimen de ocupación interior de nuestro país. Estamos dispuestos a asumir las consecuencias de seguir con revolución", gritó Yarosh, apoyado por una gran masa de manifestantes concentrados en la plaza.

Ucrania se enfrenta a un aumento del nacionalismo

17 de febrero de 2014 Elena Yákovleva, Rossíyskaya GazetaMijaíl Rémizov, conocido analista ruso y director del Instituto Nacional de Estrategia, comenta en una entrevista a 'Rossíyskaya Gazeta' su opinión sobre la situación en Ucrania y explica por qué estos hechos no se podrían haber dado en Rusia.Sin embargo, el movimiento Maidán pasó rápidamente esta 'eurofase', que era relativamente pacífica. Y lo más sorprendente es que los ataques de algunos grupos nacionalistas se combinaran con la inspiración de la clase intelectual.El nacionalismo callejero más radical e iletrado puede distinguirse en gran medida de la clase intelectual en el plano social, pero, en esencia, se trata de gente que tiene en su conciencia una serie de mitos ucranianos creados precisamente por la clase intelectual. El nacionalismo es hijo de la clase intelectual, ya que esta inventa los mitos nacionales. 
Cuidado con la última nota (con la dos, en realidad, porque son pro-rusas).  Si bien es interesante, y hasta seguramente da en el blanco, el punto de que los mitos nacionales, en toda su sustancialidad, son un producto de la laboriosidad abstracta de los intelectuales, es un poco superficial eso de que la "clase intelectual" se haya lanzado a una "protesta cultural" rechazando el gobierno de "políticos incultos y salvajes".  Desconozco casi todo sobre Ucrania, pero se me hace que la cuestión gira en torno a las revueltas de los asalariados.  La figura del "oligarca" y la de los servicios de inteligencia exterior, reales como puedan ser, no explican cabalmente el problema y pueden tender a justificar una defensa por omisión de aquellos mismos que mantuvieron la vigencia del problema.El nacionalismo es el suplemento ideológico de un proceso aún más preocupante: Lacan: “nuestro porvenir de mercados comunes será balanceado por la extensión cada vez más dura de los procesos de segregación”.Ultraderechista ucraniano: "Lucharé contra los judíos y los rusos hasta que me muera"
Armados con Kaláshnikov, miembros de la oposición pertenecientes al grupo radical Sector de Derechas ucraniano, han amenazado con luchar contra los judíos y los rusos "hasta la muerte".
"Os lo advierto, si alguien en esta ciudad, esta zona, se dedica a la 'anarquía' y el saqueo, los escuadrones del Sector Derecho dispararán a los bastardos en el acto. Así habrá orden y disciplina", dijo Aleksandr Muzychko, uno de los líderes del grupo radical.
"Si mañana estos [policías] bastardos en Kiev no se detienen asaltaremos las unidades militares, nos haremos con los vehículos blindados y tanques, sabemos cómo manejarlos, e iremos a Kíev. La victoria será nuestra", advirtió el ultraderechista a principios de esta semana. Aleksandr Muzychko es un conocido líder nacionalista. 

Muy interesante este párrafo, que debería la dirigencia de muchos países de Latinoamérica:¿Qué es lo que puede aprender Rusia de lo sucedido en el Maidán?La lección principal que debe aprender es: el poder, que en algún momento pensó que nada podía detenerle, que la expansión de la “familia” y del modelo de relaciones entre clanes corruptos no tenía límites, que se ha dedicado a comerciar con política, ha olvidado que en realidad todo sucede en un plano público, en la sociedad, que la gente lo ve todo y puede provocar un colapso. La sociedad, a la que acostumbraban a tratar como pura estadística, tiene un límite y puede convertirse de pronto en un serio oponente.