En medio del caos que se antojaba que sería la selección inglesa que a falta de un mes para el inicio del torneo no tenía ni seleccionador, ni capitán y sabía que no contaría con él, su participación en este partido era vista por los más pesimistas como uno de los pocos clavos ardiendo a los que agarrarse si Inglaterra llegaba con posibilidades de clasificación para su vuelta al equipo. Bien, aquí está. La figura que aún está a tiempo de liderar un equipo que comienza a dar los primeros pasos para pasar de una generación de altísimo carisma con Gerrard, Lampard o Terry hacia una que todavía tiene mucho que decir y que tendrá en el 'estibador de Old Trafford' al que debe de ser su líder dentro y fuera del campo.
Danny Wellbeck, Ashley Young y Andy Carroll son tres de los nombres que se barajan como damnificados por la presencia del 10, pero no serían los únicos. Su compañero en el United ha jugado en los tres partidos y fue el autor del gol que mantiene con vida a Inglaterra de genial escorzo, quizás tenga menos palmeros que los otros dos, pero su buen rendimiento podría empujar a Hodgson a mantenerle en el equipo en una posición más avanzada a la de 'Wazza' o incluso con los dos en paralelo. Young también tiene ciertos automatismos con Rooney ya adquiridos y el hecho de que pueda jugar en banda además de en una posición más acorde a la que ocupa Wayne, le hace sumar puntos para mantenerse en el equipo y ser Oxlade Chamberlain o incluso hasta Milner los que dejarían su sitio.
Carroll se presenta como un caso especial. Su aportación al equipo puede ser muy diferente a la de Wellbeck y sobre todo Young. Sería raro que estuvieran a la misma altura sobre el campo y en un 4-4-1-1 podría ser más que interesante con la tendencia al 4-2-4 de Ucrania. Sería una auténtica sangría para Ucrania dejar a un Rooney 'suelto' como segunda punta con posibilidad de habilitar bandas, recoger dejadas de Carroll o abrir a las bandas.
Opciones, Hodgson, tiene muchas, y si Inglaterra llegaba como candidata al desastre, de encontrarse con confianza y con un Rooney enchufado, protagonizaría una radical transformación que, cuidado, no se cruce con España... con la cual, el último precedente les es favorable.
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