"El Hotel Pysanka se encuentra la vuelta de la esquina", nos dice un buen señor al preguntarle, así que estábamos ya cerca. Me parece que somos los únicos hospedados.
Visitamos el Museo Pysanka, dedicado a los huevos de Pascua, es un museo único en el mundo y es muy tradicional en Ucrania ya que son muy religiosos. En el exterior hay un huevo expuesto en reparación, pero su interior forma parte de la exhibición.
En el museo podemos apreciar la forma artesanal que utilizan para pintar los huevos de Pascua.
Salimos a la calle principal donde hay mucho ambiente pues es día de mercado. La gente pasea y compra verduras, pescados ahumados, salchichas, quesos frescos, leche y también hay puestos de flores artificiales, ropa, cestas de mimbre, huevos decorados y ramitas de sauce para la Pascua.
El mercado le da mucho encanto a la ciudad pues no hay turistas.
Después del mercado visitamos el Museo de los Hutsules, situado en un viejo palacio del siglo XIX.
Los Hutsules es una etnia e la zona alta de las montañas en Los Cárpatos y guardaron sus costumbres durante siglos hasta los tiempos actuales donde aún siguen celebrando fiestas con sus cánticos, instrumentos y trajes típicos.
En el museo podemos ver todo su arte reflejado en bordados, lana, marroquinería, madera y cerámica, son auténticas reliquias artesanales.
Los Hutsules hacían una dieta especial a base de champiñones, queso y cultivaban maíz por lo que se dedicaban a preparar la "mamaliga" que es una masa de polenta.
Algunos Hutsules bajan de la montañas a vender queso fresco. Siempre han sido muy independientes y así se han mantenido hasta día de hoy.