Todos los días mueren niños, jóvenes, adultos o ancianos alrededor de los numerosos planetas que componen el planeta Tierra. Sin embargo, hay ciertos fallecimientos que por una causa u otra se vuelven relevantes, y por consiguiente salen en la televisión, prensa o radio. Y este es el caso del suceso ocurrido hace unos días en Uganda.
Pues bien, Uganda, un país centro-africano con una población muy empobrecida, donde la esperanza de vida medía no supera los 60 años y el lugar en el que mueren cada día decenas de niños a causa del hambre y de las enfermedades, sobre todo infecciosas, que las deplorables condiciones de vida, allí existentes, traen consigo, se ha vuelto noticia por un día.
La otra noche, en la Reserva de Mweya Safari Lodge una trabajadora de Uganda Wildlife Authority (UWA), la cual vive dentro de la reserva, con su familia, con el fin de proteger, sobre todo de los cazadores furtivos, a los animales que habitan en aquel lugar, salió fuera de su casa sin percatarse de que su hijo pequeños, de tres años de edad, la seguía. Sin embargo, un leopardo, que se encontraba en el lugar si avistó al niño y se lanzó a por él en cuestión de segundos. Los responsables de la zona nada pudieron hacer por salvar la vida del niño, a pesar de buscarlo durante toda la noche. A la mañana siguiente encontraron el cráneo del niño debajo de un árbol. Ahora, las autoridades competentes se afanan en encontrar al felino, porque una vez que ha probado la sangre lo más fácil es que quiera repetir, y vuelva a atacar a los trabajadores de la reserva o a los turistas que visitan el parque.
Por último, quiero destacar que a pesar de nuestra inteligencia somos un animal, podría decirse débil, en cuanto a la fuerza se refiere, por ello si nos encontramos en un lugar donde existen mamíferos de gran tamaño, para los cuales podemos ser su comida, todas las medidas de seguridad que se adopten serán pocas. Y aunque nunca pase nada, el peligro siempre estará presente.