No se trata de Fito sí o Fito no.
Ni de la falsa antinomia de si estás con Cristina o con Macri. En esta Ciudad hace falta comprender que la convivencia no es algo que se formula y, como tal, ya existe y vivimos todos en democracia. Durante mucho tiempo, el pulso y latir de Buenos Aires determinó los ánimos de los multimedios -o viceversa- y eso alcanzaba para sacar a un presidente por los aires de la Casa Rosada.
Hay aires de cambios, y eso ya es mucho decir. También frecuento y trato con gente que muestra su locura exacerbada por el demonio Macri. No hacen más que construir y alimentar una figura política. El enojo y la queja no sirven, no conducen. Todos tienen que hacer una lectura de esta porción del electorado nacional, y no conformarse con la pronunciación de asco elitista, donde lo único que se logra es confrontar más y más. El voto capitalino fue una manifestación de desagrado con las formas de un gobierno nacional también. Hay que poder leer eso, y sólo así iremos evolucionando Nación y Ciudad a la par. En este audio comparto la reflexión con que más coincidí de lo que escuché por los medios. Un verdadero enjambre de polemistas entrenados para exprimir las noticias, pero con poco feeling para sentir el latido de los habitantes de la Ciudad.
Esa es la verdadera gente sin swing, Fito.