Última Hora…

Por Mamá Futura @MamiFutura

Os escribo esto desde el corazón, de una pequeña necesidad de desahogo, de haceros saber que no es decisión mía dejar esto tan abandonado y que estoy deseando que todo vuelva a la normalidad.

Nunca pensé que el Blog estaría tanto tiempo sin recibir noticias frescas mías, pero las circunstancias se suceden. Ya no es sólo mi vida privada, si no también mi vida laboral la que me impide estar tan atenta como me gustaría a esta magnífica red madresférica que tan buenos momentos me ha hecho pasar. Pero así son las cosas… Y así es como están:

En mi trabajo, como bien sabéis, hay cambios, ha habido cambios y éstos me han tenido absorbida. Entre una sustituta que finalmente no se queda, atender el trabajo a medias que había dejado ésta (lógicamente, la quitaron y no la dejaron ni terminar lo que había empezado), la nueva cuando llegó había que explicarle cómo funcionaba el planeta en el que había aterrizado y a qué se tendría que dedicar a partir de aquel momento (no os imagináis la cantidad de información que supone). Y, por fin, me metieron en mi nuevo puesto con mi nuevo horario…

Todo fantástico y estupendo… Hasta que también cambiaron las cosas en casa.

El martes por la mañana de camino a una revisión del traumatólogo de Bebé Fúturo (totalmente rutinaria) le sugerí a Papá Fúturo que aprovechara el viaje para entrar a urgencias y que le mandaran algo para esa tos de perro que lleva arrastrando dos semanas. Que el medicamento que le mandó el médico de cabecera no le estaba haciendo ningún tipo de efecto… Cuál es mi sorpresa cuando por fin le atienden y ya no le dejan salir. Diagnóstico: neumonía. Le ingresan para hacerle pruebas y darle tratamiento… Así, de golpe y porrazo. ¡Ya podrían haberlo puesto en la orden del día!

Yo sólo llevaba unos escasos dos días en mi puesto nuevo y había bastantes cosas de las que me tenía que poner al día, pero las prioridades son las prioridades y me quedé con él todo el día, toda la noche y toda la mañana en el hospital (con una visita fugaz a recoger enseres en casa, darle teta a Bebé Fúturo y desearle una buena noche).

A la que volvemos a casa es Bebé Fúturo el que empieza a vomitar como si no hubiera un mañana. Como la cosa no mejoró al día siguiente, dejé al enfermo de neumonía en casa y me fui con el pequeño a Urgencias. Le inyectaron Zofan vía intra muscular con la condición de que si con ello no toleraba suero, se quedaría con una vía puesta en el hospital. Menos mal que no hizo falta y con las mismas nos pudimos ir prontito a casa. 

Y yo al día siguiente al trabajo, con una cuenta atrás de pillarme el toro. Menos mal que prácticamente me lo conozco todo y no había mucho que enseñarme, sólo darme material y ponerme a trabajar con ello. Pero no podía faltar esa lluvia sobre mojado. Se me había caducado el abono transporte, había atasco que me hizo llegar una hora y pico tarde… De verdad,  hay días que simplemente son para olvidar.

Y hoy, al día siguiente, vemos que Bebé Fúturo sólo ha mejorado en una cosa: no vomita. Pero no consigue mantener lo ingerido más de veinte minutos. Cuando ya nos preocupamos es cuando se pasa la mañana entera llorando a mares, incluso a la teta, y empieza a tener un poco de fiebre. Se nos desgarraba el alma, sólo se calmaba medio minuto que se ponía al pecho. De verdad, es desgarrador verle sufrir tanto. Así que empaquetamos las cosas y de nuevo nos encaminamos al hospital.

Cuál es nuestra sorpresa que le diagnostican Gastroenteritis por Rotavirus. ¡Y eso que estaba vacunado! Pero le pilló una cepa que no se incluía en la susodicha vacuna. Así que en la medida de lo posible, sólo nos queda pasarla viendo a Bebé Fúturo sufrir y esperando no contagiarnos nosotros con el virus de las narices. Aunque tengo la sensación de que me he llevado todas las papeletas, pero igual me equivoco… 

¡A ver si pronto puedo hablaros de otras cosas y más felices!