Ultima VII

Publicado el 08 diciembre 2011 por Portalgameover

Recientemente la web de distribución digital de juegos Gog.com satisfizo uno de los mayores sueños de la mayoría de aficionados a los juegos retro y en especial de los CRPG: por fin podíamos echar mano a una edición digital de Ultima VII con su segunda parte y las secuelas de ambos.
Pero, ¿qué hace especial a Ultima VII para que algunos, como un servidor, afirmen que es el mejor CRPG jamás programado?

Ultima VII / Origin Systems / MS-DOS

Pongámonos en antecedentes. La saga Ultima nace de la mente de un joven bastante raro y repelente llamado Richard Garriot, al que sus compañeros de habitación en la universidad apodan Lord British, por sus formas estiradas y manera de hablar1. Pero el joven Garriot es tan imaginativo como collejeable y tarda poco en convertirse en un genio de la programación y con 20 años y un Apple II en las manos, convierte un montón de líneas de Applesoft BASIC2 en uno de los puntos de referencia de la historia de los RPG.

Garriot define, así, como suena, un montón de conceptos que hoy son básicos, pues hasta entonces los RPG se limitaban a la exploración de mazmorras y el personaje se limitaba a subir de nivel por matar monstruos. Sin embargo, Ultima permite añadir puntos a las características y mejorar, de este modo, cosas como el daño o la armadura. También es necesario controlar nuestro nivel de comida y, lo más importante, el juego añade movimiento por el mundo exterior, no limitándose a un montón de túneles. Y ese movimiento se realiza en un mapa basado en cuadrícula por donde nuestro personaje viaja para, cuando llegamos a una localización importante como un pueblo o un dungeon, cambiar de vista.

Sí, Ultima fue el primero en usar ese tipo de mapa y el éxito del juego en Japón se puede ver en cualquier RPG.

Alguien ha matado a alguien...

Sea como sea, y saltando hacia delante en el tiempo para no entretenernos más de lo debido, podemos afirmar que los juegos de la saga Ultima fueron siempre rompedores. Cada uno aportó un poco más al género tras los seis primeros títulos, que componían las llamadas trilogías de La Era de la Oscuridad y de la Iluminación.

Es comprensible, pues, que el anuncio de Ultima VII bastase para ponernos nerviosos a muchos aficionados, pues Ultima VI, publicado en 1990 había sido un bombazo al incorporar gráficos VGA y control por ratón e iconos, algo bastante arriesgado en el momento, y fue el primero en abandonar el Apple II, pues Garriot decidió que el ordenador de Macintosh se había quedado demasiado atrás y su juego requería el hardware más potente disponible.

Ni idea teníamos de lo que se nos venía encima.

Vamos a dejar de lado el increíble salto visual y sonoro que supuso el juego e hizo que muchos comprásemos más RAM para nuestros ordenadores y y fuese uno de los juegos más bonitos y detallados jamás programados.
Lo increíble era que toda la pantalla, ¡toda! estaba destinada a la acción. No había interfaz de ningún tipo y el juego iba increíblemente fluido. Bastaba hacer click en nuestro personaje para ver su inventario y acceder a las opciones de sistema, pudiendo cerrarlo o minimizarlo a continuación, cediendo todo el espacio a lo que ocurría a nuestro alrededor. Pero es más, todo, absolutamente todo, podía ser realizado con el ratón y abandonando así los iconos de acción de la anterior parte, que requerían ser usados para todo: ahora bastaba con clicks y arrastres para llevar a cabo absolutamente cualquier tarea.

Sin una brújula, poco que hacer hay en ésta zona...

Antes de entrar a comentar la historia hay que aclarar que en la saga Ultima es el propio jugador quien se supone viaja a Britannia a través de un portal lunar situado en el patio de su casa3.

De tal forma, el Avatar, que es el nombre genérico del héroe (aunque lo renombramos al principio) aparece en Trinsic, ciudad de Britannia, justo a tiempo para investigar el asesinato del herrero del pueblo y su ayudante. La trama está muy, pero muy bien llevada e implica a una secta que se ha establecido en el reino y responde al nombre de La Hermandad.

Dicha Hermandad no está alejada de las Ocho Virtudes que forman el sistema moral de Britannia y sello de la saga, pero todo se va enredando cuando lo que inicialmente parece una religión benévola se revela como algo mucho, mucho más oscuro.4. Como apunte, el manual del juego es el Libro de la Hermandad, manual de campo del adepto a dicha organización.

La quest más rara del juego: premio al que identifique la nave

Pero ojo, que el juego está lleno de misiones secundarias y tramas por doquier, pudiendo pasar una cantidad de horas absurda sin tocar la trama principal. La exploración y la interacción con los PNJ son la base del juego y es ahí donde el título brilla por encima de todo. Y mucho cuidado, que aquí si nos metemos donde no debemos o no vamos preparados para la aventura, el juego será inmisericorde. Una visita a los pantanos sin ropa adecuada o una bajada al dungeon de turno sin buen armamento darán con nuestro pellejo secándose en una esquina.

Pero quizá lo más destacable es que, desde el momento que ponemos nuestro virtual pie en suelo de Britannia vemos que el juego tiene algo que deja obsoletos al resto de CRPG de la época e incluso a la mayoría de los actuales: el juego está vivo.

En Ultima VII el mundo no gira a nuestro alrededor, sino que todo tiene una rutina, un horario. Las tiendas abren y cierran a su hora, hay días de la semana y podemos ver a la gente dormir en sus casas, ir a trabajar, sentarse a comer cuando es la hora… Todo, absolutamente todo, funciona con una independencia apabullante, llevando la inmersión del jugador a cotas nunca vistas entonces.

Pero si sumamos una interacción casi total con ese mundo, la cosa ya se va a niveles increíbles. Todo lo que veamos, todo objeto, es manipulable y muchas veces transformable. Es decir: podemos entrar a una panadería y poner harina en la mesa, usar agua sobre ella para obtener una masa y, por último, meter esa masa en el horno para obtener pan. ¿En qué juego vemos eso?

Britannia en todo su esplendor

Por supuesto, nuestro personaje y acompañantes deben comer y dormir de forma regular, lo que hace que las clásicas expediciones de exploración tengan que ser preparadas con un cuidado extremo. Y no sólo comida: mapas, sextante para saber nuestra posición (olvidaros del puñetero automapa), brújula, reloj, sacos de dormir… y todo teniendo en cuenta el límite de peso.

Digo compañeros y digo bien, porque Ultima VII lleva el concepto “party” a otro nivel mucho más allá del grupo de aventureros que se unen en busca de fortuna. Aquí cada miembro del grupo tiene una clara motivación para estar con nosotros: amistad, cariño, protección. Y lo que es más, nos hablarán, al igual que pasaría posteriormente en Baldur’s Gate, durante el juego.
Pero cuidado, que los compañeros tienen su propia personalidad y no tolerarán ciertas actitudes como pueda ser el bandidaje. Nos darán avisos, pero si decidimos llevar las cosas demasiado lejos, nos abandonarán y tendremos que continuar sin ellos. Son, así, personalidades completas, pues no podremos controlarlos en ningún momento más allá de definir su equipamiento y su táctica general de combate: defender, proteger, atacar, etc.

Imagina ser panadero

Y no olvidemos la magia, porque Ultima VII puede presumir de tener un muy completo sistema para la hechicería.

Los conjuros se dividen en círculos, que son un trasunto de niveles, siendo los del primero clásicos como curar o crear luz y los del octavo5 cosas como resurrección. Obviamente, los más altos estarán sólo disponibles cuando hayamos avanzado bastante.

Adicionalmente, los hechizos, para ser lanzados, requieren de ingredientes, que son ocho distintos6 y pueden ser comprados o bien recolectados en nuestros viajes. Esto hará que la magia sea poderosa, pero escasa y sólo la usaremos en casos de necesidad.

El juego conoció una expansión, Forge of Virtue, y una segunda parte, Sepent Isle, que a su vez tuvo una expansión llamada Silver Seed.
La secuela flojea en la trama y, ¿adivináis por qué? Electronic Arts presionó para sacar el juego antes de tiempo y eso provocó que, si bien la trama continua en un punto más que interesante, es demasiado lineal y el juego rebosa bugs que hacen el juego inacabable si tenemos mala suerte.7

Aun así, Serpent Isle merece mucho la pena y es de obligada visita para el aficionado a Ultima.

La mejora de interfaz de Serpent Isle vino a un alto precio

Y finalizando, recomiendo que tanto Ultima VII como su secuela y expansiones sean jugados mediante el programa llamado Exult, que nos permite jugar en altas resoluciones, corrige muchos de los bugs originales y añade funciones nuevas de gran interés, como jugar a Ultima VII con el inventario de The Serpent Isle. Pero para vivir la experiencia en su estado más puro, siempre recomendaré el uso de DosBox8 o, mucho mejor, la versión de Gog.com, que es un compilado del juego con DosBox ya preparado para funcionar en un click.

De las versiones para Super Nintendo o MegaDrive no merece hablar, pues son recortadas hasta el extremo y carecen de interés.

Ultima VII es largo, muy, muy largo, todo lo que quiera el jugador; pero siempre que éste esté dispuesto a darle noches de cariño, Ultima VII le responderá con diversión y una aventura inolvidable. Es, en mi opinión, una de las experiencias roleras definitivas delante de un ordenador y merece, no, ¡debe! ser jugado por cualquiera que se diga aficionado al género.

Si os adentráis en Britannia jamás lo olvidaréis, os doy mi palabra.