The day the Earth stood still (Robert Wise, 1951. EEUU): una película sobre la que se ha escrito hasta la saciedad yun modesto pero incuestionable referente del cine fantástico de los 50, no ya por su peso como estandarte de la ciencia-ficción, sino también por su tratamiento realista (la pacífica demostración de lo que es capaz de hacer el extraterrestre toma un cariz casi documental) y contenido (los no aficionados al género dirían “lento”), del tema del “alienígena en son de paz”. Wise, excelente artesano, dirigió con sobriedad y pulso firme uno de sus films más conocidos, siendo objeto de un horrible remake hace unos años con Keanu Reeves como protagonista, donde la advertencia del ser visitante poseía tintes ecológicos y no atómicos; signo de los tiempos. Una joya de los primeros años de la Guerra Fría.