Ya comenté recientemente que ni tan solo los que han decretado la Reforma Laboral creen que esta genere empleo, ni de calidad, ni basura. Lo que buscaba la Reforma Laboral era atacar algunos de los problemas del mercado laboral para que el empleo que se genere sea de más calidad y no se fomente una contratación temporal para unos cuantos y unas condiciones muy cómodas para otros.
Un indicador de un empleo de más calidad es la contratación indefinida. Se supone que medidas como la de ofrecer una indemnización menor por despido o facilitar la eliminación de una parte de esta indemnización en caso de crisis esto haría más favorable a los empresarios el contratar trabajadores de forma indefinida y fomentando actividades económicas de mayor valor añadido.
Pero los datos nos dicen lo contrario, si los datos de la EPA nos indicaban que las medidas habían transformado empleos indefinidos de menores de 25 años en empleos temporales, la nueva contratación es aún más temporal y de menor calidad que la contratación que se realizaba hace un año antes de la reforma laboral (y en un momento también de crisis, por tanto comparable).
Como podemos ver por los datos de contratación publicados por el INEM (los últimos datos completos que hay publicados son los de octubre), nos dicen las cosas muy claras: hay menos contratos indefinidos en todos los grupos de edad y no sólo en números absolutos. Para todos los grupos de edad ha habido un número menor de contratos indefinidos que en octubre del 2009. Ha sido sistemático y constante, y muestra algo estructural.
Números de contratos indefinidos por grupo de edad en octubre del 2009 y 2010
Hay que mirar otros datos, ya que esa muestra estructural puede indicarnos que hay menos contratación en general (algo que no es así, la diferencia de contratación en octubre del 2009 con 1.313.053 contratos y octubre del 2010 con 1.301.188 contratos es minúscula). Hay que ver en el peso que tiene la contratación indefinida en cada grupo de edad.
Los datos son claros. La reforma laboral no ha ayudado a que la contratación que se está realizando sea más estable y que busque mayor productividad. La contratación que se genera es aún más temporal y sube en todos los grupos de edad. No mejora las condiciones laborales de los que están en peores condiciones (jóvenes y mayores de 45 años que vuelven a entrar en el mercado laboral después de perder su empleo). Las condiciones se empeoran para todos, incluído los jóvenes y en especial a los mayores de 45 años.
Si el 29 de septiembre era claro que los sindicatos y una parte importante de los trabajadores y de economistas serios no estaban de acuerdo con la reforma laboral, los datos que nos va dando el mercado laboral deja claro que esta no lucha contra la dualidad del mercado laboral ni fomenta una contratación de empleos de mayor calidad. Esta reforma laboral ha sido un recorte en derechos para los trabajadores y un avance en las tesis de la más carca de las patronales sin conseguir, a cambio, generar incentivos para que los empresarios hagan empleos de mayor valor añadido. Los sindicatos tenían razón.
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