Estos dos volúmenes los leí a primeros de marzo. Son una serie de novelas gráficas de una fantasía steampunk con muchos elementos asiáticos. Una de las mejores cosas de Monstress es el mundo tan original que presenta: un mundo donde la guerra entre humanos y arcanos está a punto de estallar, con dioses antiguos, monstruos, fantasmas y gatos que hablan.
Al principio me sentí un poco perdida, pues este libro te suelta en mitad de este mundo tan complejo y con tantos elementos sin darte muchas explicaciones. Poco a poco te vas enterando de cómo funcionan las cosas, de quién es quién y de cuales son las intenciones de la protagonista.
Es una historia llena de acción, con muchos personajes y mucho misterio rodeándolos. Es un libro en el que se nota que el pasado pesa, y ese pasado se nos va dando con cuentagotas. Monstress tiene una fantasía muy oscura y por momentos hasta lo consideraría un poco gore. Sin embargo, las ilustraciones son una preciosidad, una delicia, y da hasta pena pasar la página por lo bonitas que son.
Los volúmenes son muy cortos, y pasan tantas cosas y hay tanta intriga que a mí me supieron a poco. Desde luego, estoy deseando ponerme con las siguientes entregas, tengo mucha curiosidad por ver hacia dónde avanzará la trama.
Hace ya un par de años que leí la trilogía de Mistborn, y aunque tenía claro que quería continuar con la segunda Era, entre unas cosas y otras no me puse con ella hasta el mes pasado.
Aleación de ley sirve de puente entre la primera y la segunda Era, y aunque realmente se puede leer de forma independiente, sí que recomiendo haber leído antes la trilogía original para entender mejor la historia. El mundo ha cambiado durante los 300 años que separan ambas historias, y ahora nos encontramos en plena revolución industrial: luz eléctrica, ferrocarril, armas de fuego y muchos otros avances. Todo ello combinado con la alomancia y la ferruquimia, las magias que ya existían en la trilogía original y que aquí se desarrollan y se expanden todavía más.
Nuestro protagonista ahora es Wax, un agente de la ley retirado que vuelve a las andadas para detener a una banda de ladrones que est
Este libro es trepidante. Tiene muchísima acción -sin resultar excesiva- y las páginas se pasan volando, lo que ya es costumbre con este autor. Se lee rapidísimo, además de que no es un libro demasiado largo, y se hace muy entretenido. Aleación de ley te deja con ganas de más. Con ganas de saber más del mundo, de los personajes que se presentan en esta novela y que prometen arcos muy interesantes y de las intenciones dudosas de esta banda de ladrones que esconde más de lo que parece.
Sin duda, este libro es la preparación para lo que está por llegar. Se lee casi sin darse cuenta y cumple con su prometido, que es dejar los dientes largos para Sombras de identidad.
Tenía ganas de leer algo de fantasía autoconclusiva y me decidí a probar con esta autora que tan buenas críticas ha cosechado. Bueno, desde ya os digo que he tenido que abandonar Spinning silver cuando iba por el 50%, y mucho me ha durado.
El libro es un retelling libre de Rumpelstiltskin, coge elementos del cuento original y los mezcla aquí. El principio es lento, introductorio y atmosférico. Desde luego, te mete en este mundo invernal y oscuro, rodeado de bosque.
Tenemos 3 protagonistas cuyos puntos de vista se van alternando y cuyas historias se van entrelazando. Aunque no tengo problema con los libros lentos, y de hecho el principio me estaba gustando, llegada la mitad de la historia sin que pasara nada ni se divisara una trama clara o algo que me interesara mínimamente, me pareció absurdo continuar.
Y es que es eso: este libro me aburrió enormemente. Las 3 mujeres principales no me parecían personajes demasiado allá: apenas se desarrollaban o tenían profundidad más allá de cuatro cosas básicas. Además, sus hilos no me interesaban.
Tenemos a Myriam, una prestamista que debido a su gran capacidad llama la atención de un Lord Staryk -algo así como un señor mágico de la nieve- que decide casarse con ella. Y durante una buena parte del libro eso es todo: la amenaza del Staryk, su posterior matrimonio, y Myriam dando vueltas por un palacio sin hacer nada en un reino de hielo. Si ella se aburre, ¡imagínate yo que lo estoy leyendo!
La trama de Irina es prácticamente igual. Ella termina casada con el tsar, que sería algo así como el rey, y durante todo su matrimonio no pasa absolutamente nada. Pero vamos a ver, Naomi, ¿se puede saber qué me estás intentando contar?
En fin, que al final lo abandoné y no me arrepiento en absoluto, porque me da la sensación de que para mí hubiera sido un suplicio llegar hasta el final.