Esta semana el Nuevo Herald sacó a la luz un artículo que denominó El papa y Cuba.
Lo firma Hiram González, quien desde su primer párrafo abre fuego contra tan distinguida personalidad mundial.
¿Qué le orientaron escribir allí al señor González?:
“Estoy seguro que el viaje del papa Francisco a Cuba defraudará a todos los que luchamos por la libertad en nuestro país”.
A continuación no disfraza su disgusto por la insistencia del prelado en defender a los pobres.
Tanto, que hizo recordar el lenguaje de un grotesco político estadounidense, Donald Trump, cuando al abordar esa característica de Francisco apuntó que lo obligaría a “darle un susto”.
Luego enumeró hechos que, según él, justifican la preocupación del ala más conservadora de la Iglesia Católica en cuanto a su pensamiento.
A manera de ejemplo, que recibió en audiencia privada al sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, a quien consideran “fundador de la Teología de la Liberación”.
Después recuerda que en 1998 el entonces cardenal Bergoglio escribió el prólogo de su libro “Diálogo entre Juan Pablo II y Fidel Castro”, cuando acompañó al primero durante su visita a Cuba.
Algunas partes del escrito manifiestan:
La reivindicación de los derechos del hombre que la iglesia reclama sin cesar, alimentación, salud, educación, entre otros, “son los mismos que Fidel Castro se muestra orgulloso de defender en Cuba”.
“Fidel Castro en reiteradas oportunidades ha llegado a declarar que su postura se identifica con Cristo en su lucha por salvar a los desesperados y a los pobres.
Agrega que, cuando el líder cubano define similitud de principios (Iglesia-socialismo) afirma:
“La iglesia condena el egoísmo, el socialismo también. La iglesia condena la avaricia, el socialismo también. La doctrina de Karl Marx está muy próxima al sermón de la montaña”.
Por esos comentarios, escribió este jueves en el Herald Hiram González, Francisco parece “un agente de publicidad contratado por el régimen para mejorar la imagen del tirano”.
Debería saber, añade, que el embargo fue la “respuesta de Estados Unidos a las confiscaciones de sus propiedades”.
Absolutamente falso, porque luego de ese pretexto han desfilado otros que lo sustituyeron y le restaron credibilidad.
Tal es el caso de los temas sobre la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla, que, según la propaganda estadounidense, han tratado de imponer mediante su cerco a esta.
Sin embargo, Hiram González se arriesga a proseguir con el tema.
Dice que en el prólogo antes referido Francisco echa la culpa de la miseria imperante allí al embargo “que llama bloqueo”.
Una aclaración al ilustre articulista del Herald, no solo el Sumo Pontifice lo denomina así, también la ONU.
Y consta en 20 resoluciones aprobadas desde 1992 por su Asamblea General donde se exige el fin de esa política.
Un detalle más, si la primera fue respaldada por 59 países, la de 2014 por 188, incluidos hasta gobiernos integrantes de la OTAN.
Solo dos administraciones, una vez más, votaron en contra, las de Estados Unidos e Israel, y tres se abstuvieron.
A González le duele, y lo confiesa, que en ese documento elaborado por Francisco “en ningún momento”, ataca a Fidel Castro.
¿Razón? Según él porque impuso en su país un sistema totalitario que viola los derechos humanos y políticos del pueblo cubano.
Sin embargo, en todo momento La Habana ha tenido el apoyo del Movimiento de Países No Alineados, el Grupo de los 77 más la República Popular China, los 33 países que forman parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entre otros.
Pese a todo, la extrema derecha del Congreso de Washington está aferrada a mantener el bloqueo a la isla, e incluso a recrudecerlo en el plano financiero.
Hiram González corroboró desde el Nuevo Herald ser una de las plumas alquiladas para servirle a cambio de unas monedas.
Texto del artículo de Nicanor León Cotayo en CubaSí