La verdad es que el resultado no es más que positivo.
Recordemos que en los primeros 80, los grupos que utilizaban sintetizadores en directo, no eran muy bien vistos.
Digo esto porque el disco no es más que una prueba evidente de que Ultravox sabían, y muy bien, hacer directos.
Se les podría achacar (yo no, por supuesto) que los temas, salvo algún momento, son casi clavados al vinilo.
Pero es que el grupo demuestra que eran muy perfeccionistas, buenos músicos, y con una calidad de sonido que pondría colorados a otros.
Supieron, para la ocasión, incluir sus temas de más éxito. Vienna, Hymn, The Voice suenan con una potencia y con una calidad apabullante.
Y os lo digo yo, que a mí, lo de los directos, nunca me han llegado a cuajar del todo. Ahora ya no ocurre tanto, la tecnología para los directos ha mejorado mucho por suerte, pero hace treinta años, había sonidos que no eran fáciles de reproducir en directo, y la cosa no quedaba tan bien.
Ironías de la vida, ahora nadie se extraña que hay sonidos sampleados, incluso que salga una persona con un portatil, que no se mueva, que ponga alguna diapositiva y no diga nada.
Pero antes, era impensable, sólo en los círculos más underground y especializados no estaba criminalizado.
El directo se grabó en el Hammersmith Odeon de Londres.
Recuerdo cuando vi el vídeo del concierto en la segunda cadena de la TVE, y aluciné amigos, no podía ser de otra manera.
Gran escenario con aires y arquitectura sobria y grecolatina, al igual que las luces, sobrias, que no tétricas, dotando a la actuación de un ambiente increíble.
En formato vinilo se incluían seis temas. Años después compré el Cd en el cual incluía dos temas más.
Calidad, perfección, gran sonido y, por encima de todo, grandes temas.