Umberto D
Una obra maestra que conmueve y fascina.
Ancianos protestando por sus míseras pensiones (se ve que seguimos arrastrando problemas con nuestros mayores). El protagonista buscando salidas dignas a su precariedad. Sin recursos, sin apenas posibilidades, con un sentimiento de vergüenza ante la opción de mendigar.
Calles, edificios con sus columnas, inmensos pisos decadentes. La invisibilidad de quienes sufren, las prisas, la indiferencia.
Un hospital con comida caliente y rezos. Una habitación a la que se aferra. Un perro, fiel amigo y compañero. Una criada, tan desvalida como él.
Escenas dramáticas a destacar por su intensidad: la visita a la perrera y a la pareja que se dedica a “cuidar” perros, y, sobre todo, la secuencia final.
Imposible no querer a este hombre, no desear que se salve, echarle una mano, darle un abrazo.
Sinopsis: Umberto Domenico Ferrari es un jubilado que intenta sobrevivir con su miserable paga. Sumido en la pobreza, vive en una pensión, cuya dueña lo maltrata porque no consigue reunir el dinero necesario para pagar el alquiler de su habitación. Los únicos amigos que tiene en este mundo son una joven criada y sobre todo su perro Flike.
Dirección Vittorio De Sica. Guion Cesare Zavattini, Vittorio De Sica. Música Alessandro Cicognini. Fotografía Aldo Graziati. Reparto Carlo Battisti, Maria Pia Casilio, Lina Gennari, Memmo Carotenuto, Alberto Albani Barbieri. Italia 1952, 84 min. Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera.
Algo en lo que creer de Nickolas Butler
Una de mis novelas favoritas de 2020 es: Canciones de amor a quemarropa. Entonces me quedé con ganas de leer más de este escritor, y aquí está, su último libro publicado.
Mientras pasaba las páginas me iba sintiendo allí, en tierras de Wisconsin, y era testigo privilegiado del paso de las estaciones en el paisaje y en las vidas de los personajes. Consigue, de nuevo, y con aparente facilidad, que caiga rendida ante sus protagonistas.
Es una historia que nos propone una interesante reflexión sobre el amor incondicional de los padres hacia los hijos, del inmenso dolor ante la pérdida de un bebé, de las esperanzas y miedos ante una adopción. La amistad, la enfermedad y las creencias en dios (a veces débiles, a veces tan radicales y dañinas). Esa necesidad de creer ante la adversidad y el sufrimiento, ese arraigo a la tierra, a los amigos, a la comunidad. El huerto de manzanos, el color de los arándanos, el termo de café caliente en el interior de la cabina de la camioneta mientras nieva sin tregua.
Impotencia ante las decisiones equivocadas de una hija. Rabia ante la evidencia del estafador despiadado. Apoyo en quienes queremos, ante la enfermedad, ante un grito que no consigue salir al exterior.
Me ha gustado mucho.
Sinopsis: Tras muchos años trabajando en una tienda, Lyle vive ahora siguiendo el ritmo de las estaciones con su mujer en un pueblo de Wisconsin. Están felices porque su hija Shiloh, madre soltera con la que mantienen una complicada relación desde su adolescencia, ha vuelto a casa con Isaac, su nieto de cinco años. Pero Shiloh está saliendo con un pastor evangélico que ejerce una enorme influencia sobre ella.
En su tercera novela, Nickolas Butler vuelve a demostrar que es un maestro en la construcción de personajes y en la recreación de un espacio geográfico, el Medio Oeste americano, que pocos conocen mejor que él. Algo en lo que creer explora las relaciones entre padres e hijos, abuelos y nietos: una historia sobre la comunidad y la familia, y sobre lo que estamos dispuestos a hacer para cuidar y proteger a quienes amamos.
Nº de páginas: 352. Editorial Libros del Asteroide, Barcelona 2020. ISBN: 9788417977160. Traductor: Álvaro Marcos. Primeras páginas