A unos 50 millones de años luz de distancia, dos galaxias están inmersas en un abrazo galáctico, literalmente. El Seyfert NGC 1097, en la constelación de Fornax (el Horno), se ve en esta imagen tomada con el instrumento VIMOS en el Very Large Telescope de ESO (VLT). Una comparativamente pequeña galaxia compañera elíptica, NGC 1097A, es también visible en la parte superior izquierda. Hay pruebas de que NGC 1097 y NGC 1097A han estado interactuando en el pasado reciente. Aunque NGC 1097 parece estar envolviendo su compañera en sus brazos espirales, pero esto no es una gigante, gentil ni maternal galaxia. La galaxia más grande también tiene cuatro chorros tenues, demasiado largos y débiles para ser vistos en esta imagen, que emergen de su centro, formando un patrón en forma de X, y que son los más largos chorros de longitud de onda visible de cualquier galaxia conocida. Se cree que los chorros son los restos de una galaxia enana que fue capturada y canibalizada por NGC 1097 mucho más grande hasta hace unos pocos millones de años.
Estos chorros inusuales no son la única característica intrigante de la galaxia. Como se mencionó anteriormente, NGC 1097 es una galaxia Seyfert, lo que significa que contiene un agujero negro supermasivo en su centro. Sin embargo, el núcleo de NGC 1097 es relativamente débil, lo que sugiere que el agujero negro central no está tragando actualmente grandes cantidades de gas y estrellas. En cambio, la característica más llamativa del centro de la galaxia es el anillo de nudos brillantes que rodean el núcleo. Se cree que estos nudos son grandes burbujas de gas hidrógeno que brilla intensamente entre 750 y 2.500 años luz de diámetro, ionizado por la intensa luz ultravioleta de las estrellas jóvenes, e indican que el anillo es un sitio de vigorosa formación estelar. Con este anillo de formación estelar marcando el núcleo, y la adición de numerosos grupos de azuladas estrellas calientes y jóvenes que salpican a través de sus brazos espirales, NGC 1097 hace que sea un objeto visual impresionante.
Fotografía OriginalCrédito: ESO / Robert Gendler