Quién me hubiera dicho que después de largos viajes primero a la estupenda Nueva York y a la histórica Isla de Ellis, luego a la megalópolis fascinante que es Tokio, pasando por la bella Colmar y la monumental París encontraría copias de la Estatua de la Libertad muchísimo más cercanas. La de Cenicero, en La Rioja, me hizo especial ilusión por su sentida dedicatoria y la de Cadaqués, en el Alt Empordà, me emocionó por su originalidad y frescura. Pues bien, en esta ocasión no he tenido que ir muy lejos porque esta nueva Miss Liberty se encuentra en el mismo corazón del Eixample Dret de Barcelona.
En el número 26 del céntrico passeig de Sant Joan —cerca de la plaça Tetuan—, encajada entre edificios cualesquiera, cuelga serena una farola de cristales de colores que anuncia la entrada a la Biblioteca Pública Arús. Y es que nuestra Libertad no está en la calle adornando un parque o una plaza, ni siquiera dirigiendo el tráfico desde una rotonda; esta vez hay que buscarla en el interior de un edificio tan singular como interesante, tan antiguo como delicioso.
La biblioteca más antigua de la ciudad, abierta al público desde 1895, forma parte del gran patrimonio modernista de la ciudad condal y responde a la voluntad de ofrecer a los trabajadores un lugar donde ilustrarse. Me sentí especial por el mero hecho de estar ahí formando parte de este pequeño gran secreto que, en mi caso, aúna dos de mis pasiones —las bibliotecas y Miss Liberty— y que debe su existencia al legado del filántropo barcelonés, escritor, poeta y gran maestre de la masonería catalana Rossend Arús.
La elegante escalinata de mármol te recibe nada más franquear la entrada conduciéndote directamente a una Libertad de unos dos metros realizada en bronce oscuro. Su antorcha luce siempre encendida, iluminando el mundo, en permanente ofrecimiento de un conocimiento al alcance de todos. Este paraíso de libros especializados en historia social y cultura del siglo XIX e inicios del XX cuenta con un fondo de 69 mil volúmenes, entre revistas y libros.
La estatua fue encargada al escultor Manel Fuxà i Leal, que realizó el modelo a escala para que el maestro broncista italiano Odoardo Luis Razzauti llevara a cabo la obra final.
La inscripción de la tableta que porta Miss Liberty difiere de la inscripción original. En este caso reza ALMA LIBERTAS o «libertad del alma», en clara referencia a la voluntad de la filosofía masónica de la que, tengo que admitir, no sé mucho. Parece ser que el eje principal de su filosofía es combatir la ignorancia y el fanatismo trabajando por la verdad y la libertad del hombre, sin discriminarlo en base a creencias, etnias, nacionalidad o fortuna. No suena nada mal. Habrá que pasarse unas cuantas horas investigando en la Arús…
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