Todd Blomberg es un estadounidense de San Francisco, que lleva 10 años en España, enamorado de Galicia (o más bien, de una galeguiña melosa, como reconoce). Bioquímico de profesión, aterriza en Galicia y al poco tiempo empieza a trabajar en la bodega Zárate, cambiando muchas de las cosas que allí se hacían y respetando la esencia de lo tradicional que debía ser respetado. Con el tiempo, logra mediante sociedad, tomar las riendas de uno de los nombres emblemáticos en la DO Rías Baixas, Benito Santos.
La bodega Benito Santos está situada en Vilanova de Arousa, a unos 500 metros del mar. Tienen actualmente unas 9 Ha de viñedo propio, incluyendo los conocidos Igrexario de Saiar e Igrexario de Bemil y el original Viñedo de Xoan, que tiene más de 85 años, aunque ha sido replantado casi totalmente. Las viñas tienen edades variadas, yendo desde viñedos jóvenes hasta algunos relativamente mayores, de más de 60 años, y podemos identificar desde la variedad original de Albariño, de racimo pequeño y granos menudos, hasta las más actuales, de bayas más grandes y racimos de mayor tamaño. El viñedo de Xoan sigue en el tradicional emparrado, pero en Saiar y Bemil se usan guyot purgaras y barras.
Blomberg empieza a elaborar sus vinos "utilizando toda la parafernalia enológica que en ese momento estaba disponible" y ahora, cuando los prueba "me doy cuenta de que eran asquerosos". Actualmente se inspira mucho en la biodinámica, pero "adaptada a esta región". Así, varios de los viñedos de Benito Santos, están certificados como agricultura ecológica, se abonan con algas y conchas de marisco y apenas se usan tratamientos inorgánicos. Si se siguen muy de cerca los ciclos y ritmos lunares.
Preparándose ya para la vendimia, nos cuenta que, si bien hay muchísima uva ("alguna gente no sabe que va a hacer con tanta uva"), habrá que irse con ojo con la calidad, ya que ha aparecido oidio y botritis, que espera que no vaya a más con el viento seco que está soplando estos días. Todd basa la personalidad y longevidad de sus vinos en la acidez. "Hay que vendimiar buscando acidez, no grado; la acidez, es lo que va a permitir envejecer a estos vinos".
Todd nos explica que, utilizando barricas de roble viejas, pone a fermentar muestras de los distintos viñedos, y según arranque y evolucione la fermentación, decide la vendimia. Asimismo, en estas barricas prepara los pies de cuba, para sembrar los depósitos de fermentación exclusivamente con levaduras indígenas del viñedo ("no tiene sentido utilizar levadura seleccionada, y hacer todo acabe oliendo y sabiendo igual, y haciendo que el albariño huela a Sauvignon Blanc"). La fermentación tiene lugar en acero inoxidable con control de temperatura, y posteriormente, tanto la preparación de las lías finas como la crianza con las mismas tiene lugar también en depósitos de acero. Se utilizan distintos métodos (congelación del depósito con CO2, inyección de nitrógeno) con el fin de proteger el vino y así reducir el uso de sulfuroso hasta la tercera parte de lo que usan otras bodegas. Nos explica que, con estos métodos, una adecuada crianza con lías, una buena acidez, y sobre todo "moviendo el vino lo menos posible", el vino se protege y se necesita mucha menos adición de azufre.
Ya hacia el final de la visita, nos enseña un capricho. Un palomar remodelado, donde está guardando su colección. Botellas de añadas especiales y escasas, y todas las añadas que pueda encontrar de Benito Santos. Una autentica gozada entrar y mirar esa colección.
La conversación finalizó girando hacia el mercado español, la exportación (de la que vive fundamentalmente Benito Santos), la idiosincrasia gallega y como impregna el mundo del vino, y como no, los blogs como herramienta de feed-back interesante y útil para los elaboradores.
En resumen, una mañana fantástica en compañía de un tipo que merece la pena conocer, que tiene mucho que enseñar y que está dispuesto a compartir con quien esté dispuesto. Gracias, Todd, volveremos a vernos.