Jack Scherier dirige la película donde Frank, es un jubilado y ex ladrón de guante blanco, acuciado por una demencia senil que le hace perder la memoria. Uno de sus hijos, harto de su mal humor, y de tener que desplazarse todas las semanas muchos kilómetros, decide regalarle un robot para el cuidado personal de su salud y bienestar. Por supuesto, al principio lo rechaza por completo, pero poco a poco, se convierte en su mejor amigo.
Pero también el situarla en un futuro tan cercano, y el contarnos el día a día de esta pareja, hace que la película se vuelva muy realista y posible, y no dentro de muchos años. Todo esto hace que en realidad no parezca que estemos viendo una película de ciencia ficción, sino un drama con tintes de comedia.