Me pongo a pensar: "Siena... En esa universidad se tiene que vivir el baloncesto... Voy a ver qué jugadores tiene...". He aquí su plantilla para esta temporada. Además, veo que juega contra Purdue el día 19 en el March Madness. Magnífico.
Mi sorpresa llega cuando leo que en el puesto de base juega un descendiente de Bécquer, un romántico empedernido, un jugador de otro tiempo, el único tipo al que no le importa pregonar a los cuatro vientos que está enamorado: Just-in'love Smith. ¿Se puede tener un nombre más revelador que ése? Aunque sólo sea por seguir viendo en la competición a Just-in'love, me voy a hacer un poco de los Saints de Siena. Ese nombre sólo es comparable al del excéntrico mito del club de "Juan Palomo" World B. Free. ¡Just-in'love, nosotros también te queremos!
Rizando el rizo, dije antes que los Saints se enfrentaban este viernes a los Boilermakers de Purdue. Alucinado por las casualidades, descubro que en la plantilla de los Boilermakers juega el contrapunto de Just-in'love, y por ende, su media naranja: Stevie Loveless. ¡Madre del amor hermoso! El pobre Stevie deambula por las canchas con el único propósito de encontrar el amor de su vida. Pero el momento está cerca. Cuando Siena y Purdue se batan en duelo sobre el parqué el próximo viernes, Just-in'love y Loveless serán testigos en primera persona del fulgor de las flechas de Cupido. Un amor predestinado por el March Madness y por el travieso dios del amor.
No hay vuelta de hoja, este encuentro termina en enlace sí o sí, y me apunto a la celebración. Obviamente, los honores de maestro de ceremonias hay que dejárselos a Kevin Love, pero la marcha nupcial corre a cuenta del tito Coverdale:
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