Un año de colegio

Por Bergeronnette @martikasprez
L'aînée ya está de vacaciones. Ha cumplido su primer año de colegio de manera más que satisfactoria. Los primeros meses en los que entraba llorando, ¡qué largos se nos hicieron! Pero después, pasó a ser una líder positiva, a aprender creando e imaginando, con las distintas actividades de la clase. Nosotros como padres nos implicamos tanto en su educación en casa, como en las opciones que nos daban en el colegio.
Los nervios, como padres primerizos, eran evidentes. Y aún hoy, aunque estoy encantada con el colegio y el método educativo, me pregunto si será el mejor para mi hija.
Mi hija, como le decía a mi amiga D. en su post del martes ha conseguido muchas cosas en este primer año en el colegio. Hemos conseguido que sus descuidos al dibujar y hacer trazos se hayan convertido en delicadeza, en que sus “no puedo” y frustraciones se hayan transformado en “mira que precioso”, ahora ayuda a su hermana, le dice como hay que hacer y se presta (siempre lo ha hecho) a ayudar. Reconoce las letras, sobre todo las importantes: la D y la Y, pero también la M de mamá, Mateo y Marta, o la P de papá; coloca los números en orden ascendente, y ha comenzado a escribir su nombre. Mi hija no sólo ha traído unas notas a casa, sino una enseñanza en valores y una educación artística y creativa desde casa, tal y como lo he ido reflejando en el blog, su blog, con sus actividades y recursos.
Ha crecido como persona. Y yo, como madre también.