Como no podía dejar de celebrar la ocasión, se me ha ocurrido hacer un pastel de cumpleaños y saborearlo en compañía de mi chef particular. El pastel es en realidad una tarta de melocotones a la vainilla. Está deliciosa -aunque quede mal que yo lo diga-, así que os regalo la receta para agradeceros que estéis al otro lado de la pantalla siguiendo mis aventuras gastronómicas por estos lares. Espero que os guste; es facilísima de hacer, y de verdad que está para chuparse los dedos. Aquí va:
Tarta de melocotones a la vainilla
Ingredientes:
- Una base de masa de tarta (aquí las venden congeladas, imagino que en España también).
- 3 o 4 melocotones
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 1 vaina de vainilla (si no tenéis vainilla en vaina, sustituid con unas gotitas de extracto de vainilla)
- 1 cucharada pequeña de Maizena
Modo de elaboración:
- Cortar los extremos de la vaina de vainilla, abrirla longitudinalmente y sacar las semillas con un cuchillito. (Son semillas muy pequeñas, se parecen a la pimienta negra.) Reservar.
- Pelar los melocotones y partirlos en trozos pequeños.
- Mezclar en un bol los melotones con el azúcar, la Maizena y las semillas de vainilla. Mezclar bien.
- Poner la mezcla en el centro del molde de la tarta, doblando los bordes sobre el contenido.
- Poner en el horno a 230 C durante 10 o 15 minutos (hasta que los bordes adquieran un color dorado, pero sin llegar a quemarse). Dejar enfriar y servir solo o a la mode, es decir, acompañado de helado.