¿Cómo ha envejecido la serie de J.J.Abrams?
Hace más de un año que tuvo lugar uno de los eventos más importantes de la historia de la televisión contemporánea y que nos mantuvo en vilo hasta altas horas de la madrugada. Sin duda, es innegable la trascendencia que han tenido tanto Lost como su final en la televisión actual, convirtiendo un producto televisivo en un fenómeno de masas, manteniendo a medio mundo -online- expectante para obtener una pequeña pieza de un puzzle que, por desgracia, jamas pudimos completar. Pero, ¿Fue realmente Perdidos una estafa o esa falta de explicaciones empíricas es parte de su magia? Reflexiona con nosotros sobre el legado de la serie y el polémico 6x16 The End tras el salto.
Nadie puede negar que estamos ante un referente de la pequeña pantalla, que al igual que otras series como 24 o Los Soprano -cada una a su estilo-, lanzó al mercado televisivo como un referente a tener en cuenta en detrimento de la gran pantalla. Y es que series como Perdidos han conseguido que los rayos catódicos mejoren exponencialmente su calidad con productos tan costosos como la actual Juego de Tronos (no olvidéis que el piloto de Lost sigue siendo el más caro de la historia). Además he de añadir que hoy en día la oferta televisiva americana está cinco escalones por encima que la oferta cinematográfica, a la que año a año le cuesta más encontrar dignas nominadas a los Oscar entre tanta adaptación comiquera, secuelas, remakes y reinicios.
De hecho, no son pocas las que han intentado heredar el trono de Lost, como la flojísima Flashfoward o la directamente aburrida The Event. Pero no hay duda, si Perdidos tenía algo era un efecto hipnótico en sus guiones, sobre todo en los de la la primera temporada en la que se abría una historia donde el suspense con gotas de fantasía y las tramas personales se alternaban y relacionaban de manera brillante. Evidentemente, el recurso del flashback es una huella de las muchas que nos ha podido dejar Lost. Por supuesto que la serie de J.J. no fue la primera en utilizarlo, pero si en establecer una base argumental en torno a ellos, así como con los efectivos chiffhangers, de los que incluso llegaron a olvidarse en varias ocasiones (¿Qué pasa con ese final con Richard asegurándole a Sun ante la foto de los losties en los setenta que les vio morir a todos?)
Pero una vez reconocidas las virtudes de la serie, que ya recopilamos días antes de la final en nuestra entrada Las 5 cosas que ya nos ha dejado Perdidos, desde La Palomita Mecánica nos hemos querido hacer una pregunta: ¿Está envejeciendo bien Lost? Aunque para responderla es necesario hacerse otra, ¿Veríais una serie de intriga si de antemano supieseis que el final no resuelve ninguna duda? Es decir, ¿Os hubierais leído 10 Negritos si al final Agatha Christie se hubiera reservado la identidad del asesino?.
Durante todo el tiempo que Lost estuvo en antena, una de las cualidades que contribuyó a su grandeza fue esa sensación de estar ante un fenómeno imperecedero. Momentos como la presentación de Desmond o el primer flashforward impactaron tanto por la brillantez con la que nos los contaron como por las consecuencias que tendrían en la mitología de la serie, de cuya comprensión siempre dependió todo el tingaldo. Porque no nos engañemos, puede que The End nos dejara postales para el recuerdo con sublimes partituras de Michael Giacchino, pero a la frase promocional "todos los misterios serán resueltos" se la llevó el viento y toda la trascendencia que pudo alcanzar la serie se quedó en anécdota. Las nuevas generaciones no creo que inviertan el tiempo que requiere visionar seis temporadas si de antemano saben que el final es una granada de humo. Y es que, es difícil pensar que Perdidos envejecerá bien al lado de otras series cuyos finales supieron poner la guinda al pastel como Los Soprano, Galáctica o sobre todo The Shield.
Jacob, John Locke, Benjamin Linus… cada uno de estos personajes finalmente quedaron desdibujados fruto del puro desgaste de caminar sin rumbo. Y es que en toda historia que se precie los personajes necesitan una meta, un objetivo que haga que los hechos se desarrollen. Sin embargo, como en el caso de Linus, el personaje quedó completamente caricaturizado cuando descubrimos que una vez más, el astuto Ben no tenía ni idea de por qué estaba en la isla. Y como él muchos más: Richard, Dogen o incluso Jacob. Todos en algún momento parecían tener todas las respuestas pero realmente no dejaban de ser el triste reflejo de sus guionistas, supervivientes gracias a la inercia y condenados al limbo.
Evidentemente, los personajes quedan en evidencia dentro de mundo fantástico de Lost. No obstante también es innegable que la descripción de estos es sensacional (especialmente en las dos primeras temporadas) y gracias a los mencionados flahbacks llegamos a empatizar obsesivamente con ellos, y está es una de las mayores claves del éxito Lost. Muchos afirmaron que su finalfue extraordinario porque daba un final digno a los personajes, en lo cuál hasta cierta medida podemos estar de acuerdo. Pero si éste es ahora mismo el mayor atractivo de la serie de J.J. abrams, creo que todos quedarían en evidencia ante otros roles genialmente dibujados como los de las obras maestras de la HBO A dos metros bajo tierra, Deadwood o la ya mencionada Los Soprano, que en ningún momento mostraron signos de desgaste o condescendencia.
A día de hoy Perdidos es historia, Perdidos es un punto de inflexión en la televisión tal y como la conocíamos. Evidentemente el final puede decepcionar o maravillar, pero lo que no se puede dudar es que el camino lo hemos disfrutado y eso también hay que reconocérselo. Tampoco vamos a negar que si alguna palabra define nuestra sensación general esa es la de decepción, pero muchos también se quedaron frustrados tras la conclusión de otra serie dependiente de su final como fue la de Twin Peaks, y el tiempo se ha encargado de otorgárle su lugar en la historia, al igual que hará con Lost (sea cual sea ese lugar). De momento, nosotros en nuestro ranking de Las 50 mejores series ya le hemos otorgado el nuestro.