Un año más…

Publicado el 27 diciembre 2016 por Salva Colecha @salcofa

Bueno, espero que ya hayamos comido todos los polvorones, turrones y compartido mesa con la familia, sin que nadie haya resultado herido ni haya asesinado a los cuñados y/o otros miembros de la parentela. Nada, cosas típicas de estos días en los que nos reunimos todos juntos para comer, comer otra vez y beber, volver a beber (como los peces en el río) y empezar de nuevo a comer, en un ciclo que puede acabar en urgencias o recurriendo a San Almax Bendito. ¿Sabéis una cosa? En el fondo soy de esos a los que le gusta sentir cerquita a los suyos. También a vosotros, porque ahora que estoy escribiendo esto me doy cuenta que llevamos más de cuatro años juntos embarcados en este esquife y esto ya da como para que formemos parte de una gran familia. Muchísimas gracias de todo corazón.

Para mi estos días son especiales, más allá de religiones y convicciones varias porque, si te paras a pensar ¿que más dará que nos reunamos por una causa u otra si nos vemos todos juntos de nuevo?. Dicen los historiadores que estos días ya se celebraban antes de la llegada del cristianismo, la llamaban “Sol Invictus”. Es curioso, no montaban belenes y no le tiraban la culpa a Carmena (no ella no estaba, creedme). El caso es que estos días tienen eso mágico que hace que no importe el escenario en el que nos reunimos, la cosa es estar de nuevo con los tuyos, aunque sea en la cafetería de un hospital (ya vendrán tiempos mejores). Por lo menos no estamos en unas trincheras llenas de barro como los soldados que salieron de ellas en la nochebuena de 1914 a jugar al fútbol y cantar villancicos. Ni esta noche, en mitad del mar, jugando una partida de cartas con la muerte, en busca de una tierra prometida que les dará la espalda. O en una ciudad machacada por los bombardeos y la sinrazón, olvidada del mundo a no ser que en los informativos necesiten algo de sangre. Deberíamos acordarnos estos días de toda esta gente que ni ha vivido la navidad ni espera nada más que no sea poder llegar vivos a ver el nuevo año que se acerca.

Este 2016 nos deja, ya le quedan un par de telediarios. Y si queréis que os diga la verdad, para mí, ha sido uno más de esos que deberíamos conseguir olvidar. Un año en el que nos ha llegado Trump,  hemos renovado gobierno de “los de siempre”con escándalos y mangarrufas incluidas, un año que acaba sin que aprendamos que ofender  a una mujer, o permitirlo, no te transforma en “más hombre” sino en una bestia impresentable. Un año en el que hemos continuado permitiendo que mueran seres humanos en el mar, en el que las guerras sin sentido continúan dando noticias sobre carnicerías y en el que la brecha de la desigualdad ha ido creciendo cada vez más y más, permitiendo muertes por miseria. Todo porque nuestros gobernantes siguen más interesados en eso de rescatar autopistas que en dar de comer a quiénes lo necesitan. Vamos, un año más como los anteriores (y ya llevamos demasiados). Pero, si me permitís, un poco más triste porque nos faltarán, sólo por citar a algunos, las canciones irrepetibles de Leonard Cohen, el misterio de Bowie; el ritmo de George Michael; los versos de Marcos Ana; la magia de Eco; las risas con Chus Lampreave; el último icono de la política del siglo pasado, Fidel y hasta la mismísima Princesa Leia (Carrie Fischer) a quién espero que la fuerza le acompañe allá donde esté. El mundo va a estar un poquito más vacío sin ellos. Pero nos quedará su obra y todo un camino por delante para conseguir que, por fin, el 2017 sea nuestro año. El de los que no perderemos la esperanza en que entre todos podremos dar la vuelta a lo que estamos padeciendo y conseguir retomar el camino que en algún momento perdimos. Seremos capaces, lo sé, porque como nos dijo V.Andrés Estellés “Llegará un día en el que ya no pordremos más, entonces lo podremos todo” (Perquè hi haurà un dia que no podrem més i llavors ho podrem tot). Estoy convencido de que ese día ya ha llegado y nuestro año va a empezar. Y si no lo fuese, recuerda que siempre podremos tomar Manhattan y después Berlín.