Lo hago utilizando como imagen la felicitación navideña con la que mi hija mayor ha ganado el concurso de su cole de christmas. Como madre de la artista, me sentí muy orgullosa y emocionada cuando lo supe. Me encantó que Martina me dijera que le daba pena no haber podido ganar con toda su clase. Porque para ella sólo era dibujar y pintar, una especie de juego. Y hubiera preferido que todos sus compañeros y amigos de curso ganaran también. Eso lo piensa porque tiene seis años. Ojalá no cambie nunca.
Este año mis hijas están flipadas con la Navidad. Entusiasmadas, cantando villancicos cada dos por tres, nerviosas con la inminente visita de Papá Noel, deseando la de los Reyes. Todos los días colocan una bola o un adorno del árbol de otra manera. A mi me gustan estas fiestas, la verdad, y aunque sea un topicazo eso de que con niños se viven de otra manera, no por ello es menos cierto.
Que distintas estas Navidades de unas de hace unos añitos -de las que escribí por aquí- en las que no tenía yo ganas de fiestas pero Martina sí y logró contagiarme su entusiasmo. Este año estoy dominada por el espíritu navideño, como una niña, como las mías. Viviendo con alegría e intensidad todo, las luces, las canciones, las tradiciones, los encuentros. A lo único que me niego es a atiborrarme de comida, bebida y dulces; los excesos gastronómicos mi estómago los paga caros.
Muy Feliz Navidad a tod@s.