Coincidiendo con el día Mundial contra la Censura en Internet, la ONG Reporteros sin Fronteras ha denunciado que 200 blogueros fueron detenidos en 2011 por su post críticos, 120 permanecen aun detenidos y otros cinco fueron asesinados.
Éste año ha sido especialmente trágico para la libertad de expresión en Internet, pero sin duda ha marcado un antes y un después.
Las revoluciones árabes comenzaron gracias a informaciones críticas de en gran parte gracia a los jóvenes blogueros y a las convocatorias de protesta iniciadas a través de las redes sociales. Y las consecuencias en muchos casos fueron trágicas para ellos. El caso más espeluznante fue el de Jaled Said, un joven y crítico bloguero contra el régimen de Hosni Mubarak, que fue sacado a golpes del cibercafé donde escribía por dos policías que le torturaron hasta la muerte en plena calle y con decenas de testigos delante. Cuatro más corrieron la misma suerte y decenas de ellos fueron detenidos en Túnez, Egipto, Bahrein, Libia o Siria durante las protestas populares. Pero sus escritos causaron el efecto deseado y a más violencia, represión y censura hubo por parte de las autoridades más denuncias y manifestaciones se convocaron a través de blogs, como la que abarrotó las calles de la ciudad natal de Jaled tan sólo horas después de su muerte. Ahora, los dos hombres que le asesinaron están condenados a siete años de cárcel y el reconocimiento social para muchos de éstos jóvenes ha comenzado a llegar. Un grupo de blogueros tunecinos recibió hace un mes el premio a la Libertad de Expresión en Internet que otorga anualmente Reporteros sin Fronteras. Muchas de sus historias se han convertido en éxitos editoriales, como la de Lina Ben Mhenni que ha publicado La revolución de la dignidad, donde cuenta cómo ellas y otros blogueros vivieron aquellos días de sangre en la revolución tunecina.