Me preguntaron recientemente si les podía dar cinco argumentos en contra de la pena de muerte. Esta fue mi respuesta.
Yo te puedo dar un argumento contra la pena de muerte.
Si bien no estoy radicalmente en contra de la pena de muerte para delitos gravísimos (que no voy a enumerar ahora), considero queun error en la aplicación de la pena de muerte puede conducir a injusticias irreversibles.
Es decir, existe la posibilidad real de “ajusticiar” a un inocente. Los jueces son falibles (o corrompibles). La opinión pública puede influir más de lo que parece (recuerda el “queremos a Barrabás”).
Y si se demuestra a posteriori la inocencia de un condenado a muerte (y ha ocurrido, basta revisar la historia), luego ¿qué hacemos? No hay vuelta atrás. No hay indemnización posible.
Para mí, en lo personal, este argumento alcanza para estar en contra de la pena de muerte.
Posdata: reconocer la culpabilidad no es sinónimo de culpabilidad (= decir que soy culpable no implica que realmente lo sea). Un acusado puede mentir, puede no ser totalmente consciente de lo que está diciendo (y no faltan desquiciados), o puede haber sido engañado por el tribunal (“declárate culpable, conseguirás una reducción de la pena”).
[ Juan María Solare, Bremen, 2017 o 2018 ]
Anuncios