Un atasco llamado Los Angeles

Por Diborja
Santa Monica nos recibe con las luces de su embarcadero, el hotel de mis amos está cerca de la playa de los vigilantes. Yo prefiero dormir cerquita de la playa, concretamente debajo del Pier, sólo para murciélagos. Tenemos dos días en Los Angeles y estamos alojados en Santa Mónica. El primer día dedicaremos la mañana para ver Beverly Hills y Hollywood y por la tarde-noche, un paseo por la playa y el Pier iluminado en todo su esplendor. 

Mítico bat hotel bajo el St Monica Pier

Ya preparados a la mañana siguiente, veo como mis amos arrancan el coche y me dispongo a seguirlos desde el cielo. Alzo el vuelo y observo, no he visto una concentración de coches mayor en mi vida, autopistas de seis carriles atascadas, al parecer esto es el día a día en Los Ángeles, un atasco gigante. 

Welcome to Berverly Hills

Finalmente llegamos a Beverly Hills para ver la casa de Brenda, Brandon y Dylan en Sensación de Vivir. En realidad no supimos cuál era, pero nos dedicamos a dar un paseo y alucinar con los casoplones y cochazos que se gastan por esos lares.

Árbol legendario en Berverly Hills, tiene brazos

Tras el paseo volvemos a subir al coche y ponemos rumbo a la zona del Hall de la Fama en Hollywood. Allí encontré estrellas de directores, actores, cantantes, y por supuesto, la mía. Sobrevuelo el Kodak Theatre, el Teatro Chino y disfruto de las vistas de la maquinaria del cine perfectamente engrasada para el estreno de Jurassic World, con Chris Pratt a la cabeza.

Estrella reservada

Bienvenidos a Jurassic Park

Sin tiempo que perder buscamos un In-N-Out para comer, esta vez no tenemos suerte y acabamos en un Mc Donalds. Bastante normalucho, por cierto, ninguna diferencia con cualquiera en España. Después de comer vuelo para conocer unos pequeños canales que hay cerca de Venice Beach. Un bonito sitio para vivir, con casas de lo más curiosas y canales al lado de la playa, un buen momento para recordar mi entrada sobre la "Gran" Venecia, no acepta imitaciones. 

Canales en Venice beach

La tarde continúa y volvemos a la zona de Santa Monica, la puesta de sol en la playa de los vigilantes nos depara un agradable paseo por la orilla del congelado Pacífico. Los puestos de los vigilantes están cerrados ya a estas horas, así que no me crucé con ninguna Pamela. Se encienden las luces de la noria y la montaña rusa del Pier, ya está lleno el Lobster para cenar. Una vista nocturna mágica del embarcadero nos traslada a otra época.

Los vigilantes, el embarcadero y la sombra...

Esto llega a su fin, y he guardado fuerzas para uno de los días más esperados de mi ruta por la Costa Oeste. Universal Studios Hollywood ¡allá voy!