Todo esto hace que construyamos una especie de “caja de herramientas”, la cual llevamos constantemente para utilizarla en todo momento de manera consciente o inconsciente. Al final este “kit” es de cosecha propia, ya que es un cúmulo de lo que llevamos vivido hasta ahora.
Esta “caja de herramientas” nos ayuda a tomar decisiones, reflexionar, evaluar escenarios futuros y presente, hace que recordemos el pasado con aciertos y desaciertos pero fundamentalmente influye de una manera directa cuando llega el momento de cambiar para encontrar mejores resultados.
A todas las personas en su mayoría les encantaría subir su nivel en la vida , es decir, vivir y descubrir cosas nuevas que le hagan sentir que están evolucionando, porque cuando sucede esto, la persona se siente a gusto, plena, está dispuesta, las posibilidades de explotar su potencial aumenta de forma considerable y sobretodo se siente útil e importante, tanto para él mismo como para quienes le rodean.
Pero a la mayoría de las personas, por no decir todos, nos cuesta muchísimo trabajo tomar vuelo, abandonar esa tierra conocida para volar hacia otras experiencias gratificantes que nos permitirán crecer y acercarnos aún más a lo que quiere cada uno.
Y… ¿por qué cuesta esto de tomar vuelo?, por algo muy simple y esto es, por un lastre muy pesado, cansador, permanente y molesto que cargamos a diario, llamado: el “apego”.
Este actor que parece muy secundario, cobra un enorme protagonismo en cada momento que debemos tomar decisiones o bien cuando nos encontramos haciendo el camino hacia un objetivo o una meta.
Se presenta con diferentes vestuarios y máscaras, puede que esté relacionado a ciertos objetos materiales, sentimentales, de pensamientos y de resultados, pero en todo los casos lo que crean, la necesidad de no desapegarnos de ellos, porque en caso de que esto ocurriese, podríamos sentir mucha inseguridad, miedos, dudas o falta de pertenencia.
Un apego que nos pasa a todos en nuestra vida, es cuando hemos tenido que tomar una decisión referente a una amistad o relación sentimental, en esos momentos el “apego” aparece en un estado muy alto, porque a través de sus intervenciones lo que busca es que nos quedemos como estamos, sin importarle que el quedar así nos privaría de crecer y mejorar la vida. Pero esto último a este actor no le interesa en lo más mínimo.
Otra forma de estar presente es cuando tenemos que desarrollar un plan, y la máscara con la que se presenta, es en hacernos vivir pensando y obsesionarnos con el resultado más que en el proceso. Y la consecuencia del de esto, es que nos descentramos del momento, de lo que tenemos que hacer y esto trae el resultado de desmotivarnos, equivocarnos, perder la paciencia, ponernos ansiosos porque el resultado esperado no llega, perdemos el control emocional y finalmente dejamos el plan, que con tanta ilusión fue creado.
Si te interesa tomar vuelo en tu vida, subir de nivel, resonar, abandonar tu zona limitada por tus saboteadores, deberás comenzar a la hora de tomar tus decisiones a dejar de lado al “apego” y tomarlas pensando en tus valores, visión de vida y objetivos como también si quieres cumplir un plan, será necesario que te centres en cada etapa del mismo sin tener constantemente en tus pensamientos el resultado final.
Si quieres subir de nivel en la vida y volar alto, deberás minimizar el lastre del APEGO.