Ahora, en la poca madurez que he conseguido adquirir, ya puedo decir que ese pasaje de mi vida lo marcó todo. Con tan sólo 12 o 13 años ya tenía muy claro que quería ser piloto de avión comercial y la imposibilidad de serlo por la deficiencia auditiva que padezco me tuvo eternamente cabreado en secreto contra el mundo hasta hace bien poco. Se llama frustración, pero creo que ha durado demasiado.
Hoy ya sé porque me interesaron tantas cosas y nunca fui experto en ninguna, no soy capaz de profundizar en temas que me interesan porque realmente lo que me interesó y me gustó siempre fue la aviación y todo lo relacionado con ella; aviones, aeropuertos, compañías aéreas... temas que siempre he seguido, pero desde la distancia para no ahondar en mi desilusión.
Empiezo a entender mis "neuras" de coger el coche e irme al aeropuerto de San Javier o de Alicante, los dos cuando vivía en España, a simplemente tomarme un café en la cafetería del aeropuerto por la única razón de ver aviones y disfrutar del ambiente del aeropuerto, ¡me fascina!.
Quedarme mirando al cielo siguiendo el rastro de un avión hasta que me duele el cuello es algo normal en mi hasta el día de hoy.
Cuando viajo, es muy normal para mí estar muchísimo antes de que mi vuelo salga en el aeropuerto por disfrutar la estancia fantaseando y diciendome "yo tendría que formar parte de esto".
En fin, tonterías que hace uno cuando algo realmente le gusta.
¿Por que os cuento esto? Pues sinceramente estaba pensando en una introducción para hablar sobre la reforma del aeropuerto de "La Toma" en Catamayo, a un hora nada mas desde mi Catacocha del alma, pero a la hora de ir escribiendo me fue saliendo y vi que necesitaba sacarmelo de encima.
Me liberé!!
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